Leer la naturaleza a partir de los rastros de su fauna es una habilidad que puede dar mucha información. Una piña roída, el musgo pisoteado, una huella o unas deposiciones nos cuentan quién vive en un determinado hábitat. Los animales se desplazan, beben y comen, crían, se limpian y mudan sus pieles y pelajes. ¡Y de todo ello dejan indicios!

Es muy difícil ver un gato montés o un tejón en el monte, pero se pueden detectar sus señales. Ese es el reto que se propone Evelyn Segura en el capítulo Rastros: localizar un gato montés gracias a sus indicios en el Cañón de Río Lobos, Soria.

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