El año 2017 ha sido declarado el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo por la Asamblea General de las Naciones Unidas y por ello, mi primera reflexión en este año tiene que ver mucho con este concepto.
Muchas veces confundimos turismo sostenible con turismo rural, ecoturismo o actividades turísticas que nos evocan un tipo de turismo relacionado con el medio ambiente y la naturaleza. Sin embargo esto no es así.
Según la Organización Mundial del Turismo el turismo sostenible se define como “el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”
Lo que esto significa que se trata de una forma de turismo que tiene muy en cuenta el desarrollo sostenible y el equilibrio entre los tres pilares fundamentales de la sostenibilidad: económico, ambiental y social. De este modo, el turismo sostenible debe conservar el patrimonio natural y cultural, debe ser viable económicamente y además debe contribuir al progreso de la comunidad donde se desarrolla.
En cuanto al ecoturismo, la definición más aceptada del concepto de ecoturismo es la de la Sociedad Internacional de Ecoturismo: “el viaje responsable a espacios naturales, que implica la conservación del medio ambiente y mejora del bienestar de la población local”.
Además, en el año 2002 en la Declaración de Quebec sobre ecoturismo se establecieron una serie de principios específicos que lo diferencian del más amplio concepto de turismo sostenible:
- Contribuye activamente a la conservación del patrimonio natural y cultural.
- Incluye a las comunidades locales en su planeamiento y desarrollo contribuyendo a su bienestar.
- Interpreta al visitante el patrimonio natural y cultural del destino.
- Se presta mejor a viajeros independientes y a pequeños grupos.
Por ello, mientras que ecoturismo es un tipo de turismo que se realiza a una zona natural para conocerla, interpretarla, disfrutarla, contribuyendo de forma práctica a su conservación, sin generar impactos sobre el medio y repercutiendo positivamente en la población local, el turismo sostenible es el objetivo fundamental al que debe tender toda la actividad turística, tanto los distintos tipos de turismo (urbano, rural, sol y playa, etc.), como todos los sectores implicados en su realización: alojamiento, transporte, agentes de viajes, guías, actividades de esparcimiento, de modo que el turismo de mayor volumen, bien gestionado, podría ser tan sostenible como el turismo de interés particular, de menor volumen y que se realiza en zonas rurales o en parajes naturales.
En el Instituto Superior del Medio Ambiente, impartimos formación sobre la aplicación de los criterios de sostenibilidad en actividades turísticas como Turismo y Desarrollo Sostenible, Ecoturismo, diseño y comercialización de productos y Puesta en Marcha de Alojamientos Turísticos Rurales y Actividades de Ecoturismo.
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