La planta de Hellisheiði es la primera en mundo en tener «emisiones negativas»
La planta de Hellisheiði, de 300 MW, funciona según un principio similar: confina en agua el CO2 que atrapa del aire, en una proporción de 1 kg del gas de efecto invernadero por cada 27 kg de agua dulce; a continuación lo inyecta a 700 metros bajo tierra.