Dentro del compromiso de la UE de reducir las emisiones de CO2 en al menos un 40% para 2030, el pasado 14 de mayo fue aprobada, por el Consejo Europeo, la revisión de la Directiva sobre la Eficiencia Energética de los Edificios (acrónimo en inglés; EPBD). El Parlamento Europeo ya había aprobado la revisión de la EPBD el 17 de abril de 2018 con el apoyo conjunto de los principales grupos políticos.
Tras la adopción de dicha revisión, el texto de la nueva Directiva se publicará en el Diario Oficial de la Unión en las próximas semanas. La Directiva entrará en vigor 20 días después de su publicación, y los Estados miembros deberán transponer los nuevos elementos de la Directiva a la legislación nacional en un plazo de 20 meses.
Los cambios incluidos en la nueva EPBD buscan aprovechar el enorme potencial de aumento de la eficiencia energética en el sector de la construcción, el cual es el mayor consumidor de energía en Europa, con una cuota aproximada del 40%, además de suponer el 36% de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Las medidas incluidas buscan acelerar el ritmo de rehabilitación de los edificios introduciendo instalaciones y elementos pasivos más eficientes energéticamente. En este sentido, tengamos en cuenta que el 35% del parque de edificios de la UE tienen más de 50 años y se estima que un 75% son energéticamente ineficientes.
Las nuevas medidas intentan, a su vez, consolidar la eficiencia energética de los edificios de nueva construcción, haciéndolos más inteligentes mediante la introducción de sistemas de control y automatización e integrando la infraestructura de movilidad eléctrica en todos los edificios.
Tengamos en cuenta, además, que los países de la UE deberán establecer estrategias de mayor envergadura y de largo plazo para la rehabilitación energética de los edificios, ya que el objetivo que se han marcado no es otro que el de descarbonizar el total del parque inmobiliario para el año 2050; es decir, no utilizar como recurso energético ningún combustible de origen fósil a partir de dicho año.
Recordemos que todo ello es en añadidura a los dos hitos fundamentales que ya promulgaba la Directiva EPBD de que todos los edificios nuevos deben ser edificios de energía casi nula antes del 31 de diciembre de 2020 (edificios públicos antes del 31 de diciembre de 2018) y que los certificados de eficiencia energética, además de realizarse bajo un procedimiento más riguroso para toda la edificación de nueva construcción, deben emitirse cuando se vende o alquila un edificio, y también deben incluirse en todos los anuncios de venta o alquiler de edificios.
Aprovechamos este post para destacar la importancia cada vez mayor que está teniendo la realización de este tipo de certificaciones energéticas de edificios, para las que, cada vez más, se están demandando un mayor número de profesionales especializados (muchos son los estudios de arquitectos que requieren servicios de profesionales en la rama de la eficiencia energética), tanto en obra nueva, especialmente con la herramienta unificada de certificación (HULC), como para la certificación energética de edificios existentes (mediante los métodos simplificados CE3X y CE3), ya no solo en tramites comerciales de venta o alquiler, sino también requerido en los procedimientos de aprobación de ayudas a la rehabilitación y en las nuevas inspecciones técnicas de edificios (informes de evaluación de edificios; IEE).
También es cada vez mayor el uso de este tipo de herramientas en la elaboración de estudios de eficiencia energética que son requeridos en las contrataciones de la administración y auditorías energéticas, esta últimas desde la aprobación del RD 56/2016.
Cabe reseñar, también, que la administración está impulsando la profesionalización y rigor de dichos procedimientos de certificación mediante la adopción de inspecciones cada vez más frecuentes que tienen como principal objetivo evitar la intromisión de agentes no profesionalizados en el sector de la eficiencia energética.
Por todo ello, en ISM tenemos desarrollados cursos adaptados a ambas tipologías de procedimientos de certificación (métodos simplificados CE3X y CE3 y método general HULC), todos ellos de carácter eminentemente práctico y bajo una misma metodología de trabajo mediante casos prácticos de muy diversa índole.
Nuestro objetivo, y recomendación, es que cualquier profesional de la eficiencia energética domine ambos métodos, y al ser CE3X y CE3 métodos más simplificados, siempre es conveniente partir de conocimientos en estas herramientas antes que en la del método general HULC.
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