Durante mis años de carrera me harté de escuchar que el medio ambiente era una realidad holística, que el medio ambiente era todo y todo estaba relacionado. Y efectivamente así es. Si tenemos en cuenta que nuestras acciones y costumbres afectan directa e indirectamente a nuestro entorno y al medio ambiente, cómo no iba a hacerlo también la industria textil y los hábitos de consumo que la sociedad está adquiriendo en relación al sector de la moda y los residuos textiles que generamos.
La industria textil se ha convertido en una de las más contaminantes del planeta, tanto por las emisiones de gases de efecto invernadero, como por la contaminación por vertidos y microplásticos. Pero es que además, la moda rápida o fast fashion ha hecho que infrautilicemos la ropa que nos compramos y que la generación de residuos textiles se multiplique de manera más que destacable en los últimos años.
Según el estudio, A new textiles economy: redesigning fashion’s future de la Fundación Ellen McArthur, se estima que en los últimos quince años el tiempo de uso que le damos a las prendas antes de tirarlas ha disminuido un 36%. En España, la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex), en su informe La ropa usada. Tendencias de un mercado emergente. El residuo olvidado en el siglo XXI, indica que cada español consume una media de 34 prendas al año y desecha entre 10 y 14Kg de ropa, depositando en contenedores de ropa tan solo 1,5-2,5Kg.
Así, los residuos textiles a día de hoy son una realidad y debemos aprender a gestionarlos adecuadamente, y para ello, como residuos que son debemos pensar en la jerarquía de residuos. Si además tenemos en cuenta que la aprobación en mayo de 2018 de la Directiva 2018/851, que incluye disposiciones relativas a la obligatoriedad de la recogida separada de los residuos textiles y al fomento de la reutilización de textiles, es más que probable que la Ley de Residuos se vea modificada en un plazo de tiempo corto para tener en cuenta ésta y otras de las exigencias marcadas por Europa en materia de gestión de residuos.
Dentro de lo que nosotros, como ciudadanos particulares comprometidos con el cuidado del medio ambiente, podemos hacer en el ámbito de los residuos textiles se incluyen una serie de prácticas sencillas que nos hagan darnos cuenta de que depositar a ropa usada que ya no queremos en bolsas de basura en el contenedor de resto es la peor de las soluciones que podemos dar.
Así, lo primero que nos deberíamos plantear es si es necesario llenar nuestros armarios de vestidos, pantalones o camisetas que nos vamos a poner en contadas ocasiones y que se van a convertir en un residuo antes que tarde y más si tenemos poco espacio de almacenamiento y nos sumamos al método KonMari de ordenación de Marie Kondo. Es decir, debemos revertir el hábito de consumo innecesario de moda barata y así incidir en la prevención. Además de intentar apostar por marcas de moda sostenible.
En la línea de los siguientes escalones de la jerarquía de residuos, debemos pensar que la ropa que nosotros ya no queremos puede tener utilidad para otros. A día de hoy tenemos distintas opciones para que esas prendas usadas se reutilicen y se reciclen antes de ser desechadas definitivamente en una incineradora o un vertedero. Así que, ¿qué puedo hacer con mi ropa usada?
Algunas de las opciones son:
- Reciclar tu ropa usada. Puedes dar una segunda vida a esas prendas que ya no usas, convirtiéndolas en nuevas prendas o accesorios.
- Depositarla en un contenedor de ropa usada. Aquí tenemos distintas opciones dependiendo de dónde residamos. Por citar algunos ejemplos, nos encontramos con los contenedores de Humana, los de Cáritas, los de Roba Amiga, los que ubican distintas administraciones públicas como el Ayuntamiento de Madrid, etc.
- Depositarla en los contenedores de recogida que grandes marcas de moda ubican en sus tiendas como parte de sus políticas de RSE. Entre ellas encontramos a H&M, Zara o Intimissimi
- Sacar rentabilidad a las prendas que ya no usas. Cada vez hay más empresas que se dedican a la compra/venta de ropa usada. Algunas de ellas son: Percentil que compra prendas de niños/as, hombre y mujer siempre que estén en perfecto estado y de marcas reconocidas o Milmodelitos, plataforma de compra/venta especializada en ropa y complementos de marca, que además colabora con las ONG Cáritas y Remar.
Estos son solo algunos ejemplos, pues estoy segura de que conocéis más ONG, iniciativas, etc. que se esfuerzan por que los residuos textiles no se conviertan en un problema mucho mayor del que ya son. Así que, os invito a que si queréis dar a conocer o compartir alguna de las que no he mencionado os animéis a hacerlo en los comentarios del post.
María Álvarez es docente de los cursos Especialista en Gestión de Residuos y Gestión de Residuos Urbanos que imparte el Instituto Superior del Medio Ambiente.
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