Durante este pasado mes se han presentado las licitaciones de las Coordinaciones ambientales de obras de carreteras del Ministerio de Fomento en varias comunidades autónomas, como Aragón, Cataluña, Murcia, Asturias o Galicia. Se trata de licitaciones que emplearán a bastantes Directores de Obras, y que hace ya al menos 4 años que las consultoras ambientales de nuestro país estaban esperando que se produjesen.
Durante años he trabajado como Coordinadora Ambiental de Obras de Carreteras, y quería explicar en este post la importancia de las primeras labores que un Coordinador ambiental de obras debe realizar antes de iniciar el seguimiento, y evitar problemas posteriores.
1. Conocer el proyecto de las obras:Se debe estudiar el proyecto para conocer en qué consistirá la obra. Se debe revisar todo el proyecto, pero para un Coordinador Ambiental resultan especialmente interesante los siguientes puntos:
- Memoria resumen: para comprender de forma sencilla la obra y familiarizarse con términos de la obra que resultan imprescindibles para mantener conversaciones con el resto de interlocutores (Jefe de obra, Director de obras…), así habremos de familiarizarnos con términos como terraplén, berma, ODT, riego de imprimación, mezcla bituminosa etc.
- Cronograma: Atenderemos a los plazos de ejecución de las labores más molestas para la fauna, ya que pueden existir limitaciones a la realización de alguna de ellas en periodo de cría y reproducción de especies sensibles.
- Anejo de Ordenación ecológica o Integración Ambiental: Este apartado del proyecto puede variar de nombre, o en algunos casos no existir como tal. En él se describen las medidas ambientales del proyecto, que deberían cumplir con el condicionado de la DIA e incorporar las medidas descritas en el EsIA.
- Estudio de Impacto Ambiental: Puede incluirse como anejo del Proyecto.
- Estudio de vertederos y préstamos: En algunos proyectos también se incluye un estudio de vertederos y préstamos a emplear en las obras.
- Estudio de Gestión de Residuos: Se trata de un anejo obligatorio del proyecto.
- Planos: Resultan muy interesantes los planos del trazado en planta, la localización de las obras de drenaje (por constituir puntos de control de las obras), y los planos de ordenación paisajística o de integración ambiental, en los que se plasman las medidas correctoras del Estudio de impacto o Anejo de Integración ambiental correspondiente.
- Pliegos de prescripciones técnicas: Describen el modo de ejecución de las medidas ambientales con detalle.
- Presupuesto y mediciones: Aunque lo he colocado en última posición, es uno de los más relevantes, debe revisarse que las medidas incluidas en el proyecto y en la DIA cuentan con partida presupuestaria suficiente, pues en caso contrario será complicado conseguir que el contratista esté dispuesto a ejecutarlas.
2. Conocer el entorno de las obras: Tras la revisión del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto, se debe realizar una visita al campo, para familiarizarnos con las zonas ambientalmente sensibles que constituirán los puntos de control de las obras más habituales, y comprobar en campo que la descripción del EsIA se corresponde con la realidad, o si existe alguna otra zona o especie sensible que no se ha detectado.
En estas visitas previas de reconocimiento es recomendable llevar los planos de planta de la obra para familiarizarse con las zonas por las que pasará la traza, los puntos kilométricos de la obra en la que se encuentra cada zona sensible, o en caso de tratarse de una infraestructura existente, las zonas en las que se desviará el trazado.
También es muy recomendable realizar un reportaje fotográfico exhaustivo documentando la situación inicial previa a las obras, ya que servirá como referencia posteriormente cuando se produzcan cambios por las obras, para comparar con el estado inicial, y como prueba en caso de que se produjesen daños y situaciones de conflicto con el contratista.
3. Estudiar las zonas auxiliares e instalaciones anejas a las obras: Además del trazado principal de las obras el Coordinador Ambiental debe realizar un seguimiento de las instalaciones que dan servicio a esas obras: vertederos y préstamos de tierras, instalación de planta de suelocemento o de fabricación de hormigón, parque de maquinaria… Es recomendable efectuar, con ayuda de un SIG un plano con la localización de zonas excluidas para la ubicación de estas instalaciones, ya que a medida que avance la obra surgirán nuevas propuestas de ubicación, y si se avisa previamente al contratista de las zonas a evitar surgirán menos conflictos.
4. Estudiar las medidas preventivas, correctoras y compensatorias: Tras el estudio del proyecto, el EsIA y la DIA, y el reconocimiento en campo se debe estudiar si las medidas propuestas son óptimas o deben rediseñarse. Se debe indicar si las medidas se ajustan a los condicionantes expuesto en la DIA.
Algunas de estas medidas se ejecutarán al final de la obra y pueden modificarse más adelante, pero debería tenerse en cuenta desde el principio. Una de unidades de obra que suele generar modificaciones son las plantaciones. La localización, densidad y especies en ocasiones son diseñadas en ocasiones sin tener en cuenta las condiciones edafológicas y climáticas del entorno de las obras.
5. Conocer qué permisos debe pedir el contratista o la dirección de obra: Se deben solicitar los permisos ambientales necesarios previo a iniciar cada unidad de obra: permiso de talas, permiso de actuación en cauces, permiso de captación de agua etc…
6. Establecer acuerdos con la Dirección de Obras, el contratista y el órgano ambiental: Todas las partes implicadas de la obra deben trabajar conjuntamente para que las obras se realicen de forma óptima afectando mínimamente al entorno. Una reunión inicial servirá para explicar el modo de proceder de la Coordinación ambiental de obras (visitas, partes que se emitirán, frecuencia de informes…) y establecer los cauces de comunicación a lo largo de las obras.
Además resulta interesante conocer a los técnicos del órgano ambiental que vayan a hacer de interlocutor ante dudas que surjan en las obras, ya que habitualmente en las obras se producen modificaciones respecto a lo inicialmente proyectado y que pueden provocar modificaciones en las medidas ambientales que se deban acordar.
Conviene elaborar un informe en el que refleje el estado inicial de las obras, a modo orientativo debería contener lo más relevante de todos los puntos anteriormente comentados.
Para más información sobre esta temática, el ISM desarrolla un curso sobre Dirección Ambiental de Obra en el que se aborda la figura de esta disciplina en el marco de la Evaluación de Impacto Ambiental y su metodología
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