Según la mayoría de los principales análisis económicos y especialistas en la materia, la crisis económica ha tocado su fin y todos los datos apuntan a una evidente recuperación económica en España en particular.
La actual evolución del mercado inmobiliario viene marcada por un ligero aumento de la tasa de variación interanual del índice de precios de la vivienda desde enero de 2015. Cabe resaltar que en el primer trimestre de 2013 esta tasa se situaba en índices negativos cercanos al 15% respecto a datos anteriores.
Estos datos se hacen evidentes al comprobar un aumento en el precio del metro cuadrado de suelo urbano, tras la caída consecutiva registrada entre los años 2007 y 2013. Sin embargo, esta situación se estabilizó durante los años 2014 y 2015, y a principios de este año se pudo comprobar el aumento de los precios de los inmuebles. Ello hace evidenciar el cambio de ciclo que se está produciendo.
Estas previsiones esperan un alza de los precios de la vivienda en particular y de los activos inmobiliarios en general hasta 2017 del 6% en España. Esta situación es el resultado de la normalización de los mercados de valores e inmobiliarios, como consecuencia del fin de la gran crisis económica sufrida en los últimos años.
Atendiendo a que actualmente el repunte del precio de los inmuebles se está produciendo de una manera lenta y progresiva, y a la mayor predisposición de los bancos a conceder créditos hipotecarios, esta parece una gran oportunidad para los grandes inversores inmobiliarios, que ven una luz verde en la posibilidad de inversión en activos inmobiliarios dadas las circunstancias.
En España existe una gran cartera de grandes activos inmobiliarios de segunda mano, que tienen sus precios más ajustados debido a las características de los mismos. Sin embargo, no todo es de color de rosa, y a veces estos activos tiene grandes deficiencias que pueden requerir una gran inversión a quien las compra para adecuarlas a la normativa vigente.
Pero, ¿son conscientes los inversores de estos problemas y de los costes económicos que pueden derivarse de las acciones necesarias para adecuar estos activos?
Con una adecuada evaluación, el inversor puede estimar estos costes y con ello, quizás poder negociar con el vendedor un “ajuste de precio” por las deficiencias que posee, o descartar su adquisición por los riesgos o inversiones que requiere.
Esta evaluación se lleva a cabo a través de la investigación o informes Due Diligence. Esta investigación permite al inversor conocer los riesgos o carencias que tiene un inmueble determinado de forma previa a la firma del contrato de compra-venta.
Los informes Due Diligence no están recogidos en ningún texto normativo, ni son de obligado cumplimiento para el comprador. Sin embargo, sí se trata de una de las herramientas más efectivas, simples y económicas que puede realizar un gran inversor inmobiliario a la hora de ampliar su cartera de inmuebles de una manera económicamente fructuosa.
Ya desde hace tiempo se vienen realizando este tipo de informes, pero no ha sido hasta ahora, con la actual situación económica favorecedora para este tipo de transacciones, cuando la demanda de profesionales con conocimientos sobre la materia se ha visto aumentada.
En concreto, uno de los informes Due Diligence que destaca, es el Ambiental, en el que se evalúan aspectos tales como puntos y fuentes de riesgo ambiental que existen en un gran activo inmobiliario, normativa de aplicación en función de la situación, actividad de la instalación, aspectos que pueden suponer una limitación importante en los usos y actividades previstas, etc.
El perfil profesional de las personas que pueden realizar este tipo de evaluaciones, en concreto las Due Diligence Ambientales, parte de un profundo conocimiento en materia ambiental en general, así como de la normativa de aplicación, y de los puntos clave de un inmueble que pueden suponer deficiencias ambientales.
Gracias a la recuperación económica en general y a la inmobiliaria en particular, se abre por tanto una nueva oportunidad para los profesionales ambientales en el sector, que ven ampliadas sus capacidades laborales con la realización de este tipo de investigaciones.
Para formar a futuros profesionales en este campo, el Instituto Superior del Medio Ambiente ha desarrollado con Natalia González el curso Elaboración de informes Due Diligence ambiental para activos inmobiliarios.
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