En estos últimos meses se han conocido algunos planes de erradicación de esta especie invasora catalogada entre las 100 especies invasoras más peligrosas del mundo.
Uno de ellos se quiere llevar a cabo en zonas de la provincia de Pontevedra invirtiendo decenas de miles de euros para conseguir que esta especie no altere los ecosistemas protegidos de la zona.
Pero, ¿Qué especie es ésta y de dónde proviene? Sepamos un poco más sobre ella.
La Fallopia japonica
La Fallopia japonica es una especie herbácea de tallos rizomatosos que producen brotaciones subterráneas que la hacen muy fácilmente extensible a zonas anexas a donde está desarrollándose. Estas características y otras han hecho llamarla el “bambú japonés” debido a que su zona de origen está en Asia, más concretamente en Japón.
Florece en verano y su reproducción en su zona de origen natural se realiza por polinización entomófila, aunque en nuestro país no se produce de esta manera. Su gran capacidad de reproducción asexual, ya sea por fragmentos de tallos o rizomas, la convierten en una especie con mucho potencial colonizador, unido a su fortaleza de adaptación a distintos tipos de suelos y siempre con ambiente de elevada humedad.
Todo ello hace que en la Península Ibérica se extienda en zonas exclusivamente del norte, cerca de ríos o en terrenos muy húmedos.
El origen de su introducción en nuestro país está en los años 70. Concretamente, se realizaron las primeras citaciones oficiales de localización en el año 1974 en ciertas zonas de Asturias.
Sin embargo, su expansión por otras zonas europeas se remonta a principios del siglo XIX por su uso como planta forrajera y allí comenzó su rápida expansión. Las intenciones, como en muchos casos parecidos, son para su uso ornamental sin saber las consecuencias que tendría su rápida expansión y adaptación al medio.
Si nos centramos en nuestro país, Fallopia japonica daña seriamente y pone en peligro muchas zonas de especial protección tales como ZEPAs. Esto es debido a que en aguas tranquilas y pantanosas, zonas riparias y en riberas de ríos tiene un carácter muy colonizador y desplaza a otras muchas especies autóctonas protegidas de las que dependen a su vez otras muchas aves que anidan entre ellas.
Más concretamente, en zonas donde se están actualmente preparando planes de erradicación, su expansión está desplazando y modificando zonas de crecimiento de alisos (Alnus Glutinosa) y fresno (Fraxinus excelsior). También daña seriamente construcciones y canalizaciones las cuales obstruye con sus densas raíces que son el foco de nuevas localizaciones potenciales al realizarse obras y llevar fragmentos de rizomas en la tierra transportada.
Erradicación y control
El clima es nuestro aliado natural más potente para su limitación de expansión a otras regiones ya que no soporta climas secos o con temperaturas muy elevadas, aunque sí las bajas temperaturas. También parece que las zonas de gran altura limitan su crecimiento.
Sin embargo, en zonas donde se ha convertido en un problema de EEI, se realizan desbroces con extracciones de raíz ya que en este punto está la clave de evitar su rebrote. Además, todos los tallos extraídos deben ser quemados o tratados para que no vuelvan a colonizar otras zonas donde se depositen. Esto garantiza su limitación de la expansión debido a que en nuestro clima no se reproduce por polinización.
Como último recurso, pueden usarse herbicidas como el glifosato, pero es una técnica que tiene gran riesgo de contaminación de los ambientes protegidos, más si cabe cuando son zonas de escorrentías o inundadas.
Ernesto Ahijado es docente del ISM del curso Gestión de Especies Exóticas Invasoras, en el que se formará al alumno en las principales especies invasoras en España y Europa y sus consecuencias en el medio.
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