Es hora de ponerse manos a la obra. Los efectos del cambio climático son cada vez más visibles. La mayor frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, las alteraciones de los sistemas hidrológicos, las extinciones de especies, el aumento de la temperatura y la acidificación de los océanos, el derretimiento de los glaciares y la subida del nivel del mar son algunos de sus síntomas más críticos. Y es muy probable que estos efectos se agudicen en las próximas décadas.
La lucha contra el calentamiento global concierne a casi todos los sectores de la economía. Sin embargo, cada sector tiene sus propias especificidades: se ve afectado de manera distinta y debe adoptar estrategias diferentes para mitigar su impacto. Este estudio se centra en dos sectores básicos –el financiero y el alimentario–, de suma importancia para la economía española. Es interesante comprobar que se están impulsando ya muchas iniciativas en ambos sectores para hacer frente a los riesgos que plantea el cambio climático, con el fin de elaborar estrategias para facilitar la transición hacia una economía baja en carbono. Es necesario difundir estas iniciativas para animar a otros a adoptarlas y apoyarlas, y de ahí la importancia de esta obra.
Desde el Instituto de Innovación Social de ESADE y desde la Fundación Caja de Ingenieros esperamos que este estudio sirva para mostrar que, a pesar de los grandes desafíos que todavía existen, hay empresas y personas que ya se han puesto manos a la obra ante la crisis climática. Les reconocemos como catalizadoras de cambio, innovando frente lo que ha sido descrito por el G20, y muchos otros, como uno de los desafíos más grandes de nuestro tiempo.
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