La guía que se presenta a continuación pretende seguir el desarrollo de una evaluación de riesgos para salud humana, se realiza con el objetivo fundamental de poner a disposición de los titulares de actividades potencialmente contaminantes del suelo, así como de las entidades que necesiten realizar evaluaciones de riesgos dentro de los estudios de calidad del suelo.
De acuerdo con la legislación vigente, para que un suelo alterado en su calidad química se declare contaminado, debe suponer un riesgo inadmisible para la salud humana o los ecosistemas. El riesgo se define como la probabilidad de que un contaminante presente en el suelo entre en contacto con algún receptor con consecuencias adversas para su salud, necesitando pues para que se produzca, un foco contaminante, una vía de exposición (contacto, inhalación, etc.), y un receptor expuesto que pueda experimentar un empeoramiento de su salud a causa de la toxicología del contaminante.
La evaluación de estos posibles riesgos se lleva a cabo mediante un análisis secuencial, partiendo de una primera fase basada en suposiciones conservadoras y generalistas, hasta llegar a fases donde se plantean escenarios cada vez más ajustados al emplazamiento bajo estudio.
La crucial relevancia de este proceso, junto con la complejidad conceptual que requieren los modelos de evaluación hace que el proceso deba seguir unos criterios uniformes, para ser trazable y contrastable en todo momento. No obstante, la variabilidad de casos posibles que requieren este tipo de evaluación hace inviable una estandarización a un modelo único, por lo que debe dejar muchas decisiones al criterio experto de los analistas especializados.
Esta guía recoge los conceptos básicos y las directrices más habituales para llevar a cabo una evaluación de riesgos, desde el planteamiento inicial, pasando por las fórmulas de cálculo, la interpretación de resultados o el análisis de incertidumbres final.
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