Cuando emparejamos dos conceptos de la trascendencia de “Comunicación” y “Medio Ambiente”, estamos abriendo la puerta de una de las claves que alimentarán el devenir de la humanidad durante, al menos, las próximas décadas.
La combinación de dos de los grandes retos que afronta el hombre en el recién comenzado siglo XXI, la gestión de la Comunicación y la protección del Medio Ambiente, no hace sino clarificar la evolución de ambos y, sobre todo, aportar al segundo de ellos una vía de solución con innumerables bifurcaciones que confluyen en el bien común. En la sociedad de la información, donde se produce casi a diario una revolución en el campo de las telecomunicaciones, es preciso,más allá de la continua adaptación de nuestras costumbres a los avances tecnológicos, una nueva definición de los parámetros que determinan la comunicación.
Se mantienen los actores básicos de la misma, el emisor y el receptor, instituciones y ciudadanos, pero los profundos cambios que se producen en los medios de transmisión y almacenamiento, las nuevas posibilidades que se abren en cuanto alas formas de presentar y complementar un mensaje y, sobre todo, el nuevo escenario que plantea la globalización de la información, obligan a un replanteamiento de las estrategias de todo aquel que quiere decir algo.
Editada por: Ingenieros Asesores y Comunidad de Madrid