Muchas ciudades, localidades y pueblos europeos albergan una biodiversidad inesperadamente rica. Acogen una gran variedad de ecosistemas, que proporcionan múltiples hábitats: jardines y parques, ríos y bosques, edificios antiguos y muros, terrenos sin cultivar, pastizales y muchos más.
Esta diversidad no solo es importante para proteger la naturaleza amenazada; para gran parte de la población constituye el primer o incluso único contacto con la naturaleza ya que viven lejos de los hábitats naturales, que son más comunes en las zonas rurales.
Los municipios pueden hacer mucho para proteger la biodiversidad y facilitar un entorno sano y habitable para sus ciudadanos y las futuras generaciones. Los ayuntamientos comprometidos demuestran responsabilidad y contribuyen directamente al desarrollo sostenible de sus municipios.
El proyecto “Capitales de la Biodiversidad”, que además esta apoyado por el programa LIFE de la UE, premia a los municipios, da a conocer sus acciones a otras ciudades y destaca su trabajo por todo el país y en Europa. El núcleo del proyecto son las competiciones nacionales que colocan la acción local por la biodiversidad en el punto de mira.