El 2020 empezó marcado por diversas emergencias ambientales: a las del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la de los recursos hídricos y energéticos y la contaminación, añadimos una pandemia que ha cambiado nuestra forma de vida en prácticamente todo el planeta.
El turismo es uno de los principales motores a escala mundial, fundamental en las economías locales y también en muchas nacionales, pero a la vez, es uno de los sectores que a escala mundial contribuye directamente al incremento de estas crisis. Paradójicamente, el turismo es, al mismo tiempo, responsable y víctima de las crisis, viéndose afectado por el efecto boomerang de su propia actividad
El turismo consume entre tres y cuatro veces más agua que la población local, genera dos veces más cantidad de residuos, contribuye al 8% de las emisiones mundiales de CO2, tiene incidencia directa en la desforestación y favorece la expansión de espacies invasoras. Por contra, genera el 10,4% del PIB mundial, representa el 10% de la fuerza laboral, ayuda a frenar la despoblación rural y a poner en valor el patrimonio cultural y natural. En definitiva, es un motor de desarrollo mundial.
Por todo ello, SEO/BirdLife considera inaplazable que la primera medida del sector turístico sea, mientras se mantienen todos los esfuerzos por superar la crisis sanitaria actual, replantear el modelo turístico a escala local y a escala mundial.
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