El informe A Toda Costa, elaborado por Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad, evalúa por primera vez el estado de la costa española a través de la pérdida de bienes y servicios ambientales de los diez primeros kilómetros de la franja litoral.
La expansión de todo tipo de construcciones, como viviendas, urbanizaciones, infraestructuras, etc, ha comido terreno a los ecosistemas costeros a un ritmo vertiginoso en los últimos años. En el periodo 1987-2014, que coincide precisamente con el periodo de vigencia de la Ley de Costas, las superficies artificiales se han duplicado en los diez primeros kilómetros de costa. Esto ha provocado la destrucción de los ecosistemas costeros y por ello estamos perdiendo un 80% de los bienes y servicios ambientales que proporcionan dichos ecosistemas a las personas.