La semana pasada fue especial para Laura, Juanjo, Alberto y Lidia, 4 voluntarios que aceptaron el reto que les propusimos desde la Asociación de Ciencias Ambientales de permanecer un mes sin su vehículo privado en Madrid.  A partir de ahora les toca decidir, de nuevo, en su día a día, que medio de transporte utilizar en cada ocasión y comprobar si, tras un mes utilizando las diferentes opciones de transporte en la ciudad, modifican sus hábitos de movilidad.

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El proyecto DesAUTOxícate, donde se enmarca este reto, tiene por objeto informar y sensibilizar a los ciudadanos sobre el impacto que provoca el transporte y favorecer el cambio de hábitos desde el uso exclusivo del vehículo privado hacia el uso de modos de transporte más sostenibles.

Este cambio de rutinas a la hora de elegir un modelo de transporte u otro contribuye a la lucha contra el cambio climático, la contaminación atmosférica en las ciudades y la mejora de la eficiencia energética.

El uso de los distintos medios de transporte público, del carsharing, carpooling, vehículos eléctricos, de la bicicleta, o simplemente caminar son algunas formas de moverse por la ciudad de una manera más sostenible y amigable y que van ganando cada vez más adeptos.

Durante los 30 días en los que han permanecido sin su vehículo privado, los retados han tenido la oportunidad de probar estas y otras formas de transporte, y además han tenido la oportunidad de visitar varios de los centros de la EMT y conocer así mejor el funcionamiento de la Empresa Municipal de Transportes, han realizado cursos de conducción eficiente impartidos por el RACC, de circulación en bicicleta por la ciudad impartidos por el Ayuntamiento de Madrid, e incluso han tenido tiempo para la diversión. Podéis conocer con más detalle todas las actuaciones del proyecto en la web www.desautoxicate.es

Uno de los medios de transporte estrella para los retados ha sido, sin duda, la bicicleta en sus diferentes versiones: bici pública (BiciMad), bicicleta de paseo o de montaña, bici eléctrica, bicicleta plegable (cedida por Re-Cycling). Creo que es interesante destacar este hecho porque Madrid es una ciudad en la que se ha pasado en poco tiempo de que se viera como un “bicho raro” al ciclista urbano, a que sea muy difícil moverse por Madrid sin ver a alguien montando en bicicleta. Madrid todavía se encuentra a la cola de las principales ciudades españolas y europeas en el uso de la bici, y queda mucho por hacer, pero es palpable el crecimiento que ha experimentado su uso en los últimos años. Toca trabajar para seguir cambiando la manera de moverse en la ciudad.