Da igual que seas ambientólogo o biólogo, que hables sobre el agua o la custodia del territorio, de lobos o de razas autóctonas de bovino, si tu tema es el medio ambiente en el medio rural eres y siempre serás ecologista. Y como todo habitante del medio rural con más de 50 años sabe los ecologistas son unas personas que están en contra de todo y sólo les preocupa el polo norte y los animalitos (la culpa, por supuesto, es de Bambi).
¿De dónde sale esta idea?
Pues cronológicamente viene a ser algo así: durante el franquismo los ingenieros de montes hicieron y deshicieron a su antojo, posteriormente con el nacimiento del ecologismo aparecen en el medio rural unos “chavales con pintas” que le ponen pegas a cualquier cosa y que parecen rechazar todo aquello que da dinero (el primer ecologismo fue contestatario y bastante inmaduro ofreciendo pocas alternativas y dando pocas explicaciones), luego viene la cantinela de la agricultura ecológica pero también viene la PAC que se complica por aquellos de las buenas prácticas ambientales y por el camino me han cambiado una ley según la cual no puedo cortar un palo de avellano por “vete tu a saber” cuando eso se ha hecho aquí “toda la vida”. Conclusión: la culpa es de los ecologistas.
Vale, no es cierto que eso sea así, pero poco importa que lo sea. Lo importante es que esa es la percepción que se tiene de las cosas y el muro con el que nos vamos a encontrar a la hora de acercarnos al medio rural para tratar cuestiones ambientales.
¿Cómo superamos esto?
Pues hay varios consejos generales para aterrizar sin estrellarse.
- Escucha atentamente: deja que la gente hable que se queje, toma nota de todo y verás que hay cosas que no sabes, aunque no te olvides de comprobar lo que te cuenten aunque te lo presenten como una verdad incuestionable.
- Infórmate bien: independientemente de lo que sepas tendrás que aprender la versión local. En cada comarca las cosas tienen un nombre, pequeñas modificaciones que son motivo de orgullo y discusión. Revisa publicaciones locales aunque con sumo cuidado que es un mundo lleno de “antropólogos aficionados” que descubren arcas perdidas debajo de cada piedra.
- Vete al bar: tomate algo tranquilo, si sois dos comenta las cosas como quien no quiere la cosa y hazte amigo de la persona que atiende en la barra (es el dueño de todos los secretos y la máquina de expandir rumores).
- Haz local lo global: el problema del agua no existe, existe el problema del río que pasa por el pueblo; el problema de los transgénicos no existe, existe el problema de la cosecha de este año; el problema del cambio climático no existe, existe el hecho de que “en verano hace más calor y si no acuérdate tu del año pasado que mira como estaba el pantano de bajo que nunca lo había visto yo así…”.
- Habla con las mujeres: no soy capaz de dar una explicación a esto pero mi experiencia me dice que si quieres saber los entresijos, si quieres cambiar hábitos las mujeres son la clave. Son más receptivas, se comunican más entre ellas, y toman una cantidad ingente de decisiones que nadie les discute.
- Asume que hay gente con la que no podrás trabajar nunca: da igual lo que hagas hay gente que no va a dar su brazo a torcer hagas lo que hagas. Te discutirán todo y tú tienes que responderles no porque les vallas a convencer sino porque hay gente escuchando. La respuesta se la das a ellos pero en realidad estas hablando para todos, para contrarrestas su negatividad. Se paciente, se cansan enseguida y luego tu te quedas tan a gusto.
- No aburras: que las reuniones nos sean largas y que no estén llenas de tecnicismos. Se claro, breve y deja la puerta abierta a ofrecer información a los más curiosos e inquietos.
¡Paciencia y ánimo!
Muy buenas reflexiones Rubén,
Sin lugar a dudas una guía imprescindible, sobre todo para los que salimos de una titulación universitaria pensando que hemos aprendido todo lo que nos hacía falta para poder cambiar el mundo.
La clave, como apuntas, son las personas. Y qué mejor lugar que el bar para tomar el pulso… sin perder de vista que quien no lo pisa también tiene su verdad que hay que conocer.
Un abrazo.
Estoy con Alberto, me ha encantado la entrada.
Es fundamental interactuar con la gente del lugar para conocer en profundidad el terreno. Puede que no tengan estudios universitarios pero pasan gran parte de su tiempo recorriendo los campos y los conocen hasta el más mínimo detalle. Su información y nuestra interpretación es la clave del éxito.
Un abrazo.
Gracias Alberto.
En el fondo la cuestión se puede resumir en ver particularidades (escuchar), buscar agentes activos (dialogar) y adaptar el mensaje (hacerse entender). El problema es que en ocasiones se tiene una visión del medio rural prefabricada (para bien o para mal) y olvidamos que como dice mi padre «la experiencia es un grado» y es la gente del medio rural la que vive en el territorio.
Así es David. Contesté a Alberto porque no había visto tu comentario. Sin idealizar a «los aborígenes» ni entronar a «los expertos». Algo tan viejo como el diálogo.
Simplemente genial. Me apunto todas las recomendaciones.
La recomendación sobre las mujeres, es la segunda vez que lo escucho en dos días, justo ayer fui a una charla en la que decía que la alfabetización de las mujeres era la clave de África, que no sabía el porqué pero así era.
Gracias Rubén!
Totalmente de acuerdo, Rubén. Gracias por compartir la experiencia adquirida tras años trabajando en el medio rural.
enhorabuena por el artículo! a mi juicio muy acertado, sobre todo a la hora de primar el escuchar antes de hablar y la experiencia sobre la ciencia.
apuntar por último la necesidad de articular ese «ecologismo» en el mundo rural a través de la Caza
No había tenido tiempo para leer los blogs de estos últimos días.
Me ha gustado muchísimo, acertadísimas las recomendaciones de ir a los bares – añadaría echarte una partidita de cartas – respetar que las personas no tienen porqué pensar en los problemas globales y otra genial asumir que no puedes trabajar con todo el mundo o dicho de otra forma «no puedes ser monedita de cambio para todos»
Sobre las mujeres…. totalmente de acuerdo
Me ha gustado mucho Rubén. Creo que debemos recuperar la sencillez de las cosas, muchas veces nos perdemos en el bosque que nosotros mismos hemos creado. Buscar la esencia de las cosas, y para ello es fundamental la experiencia adquirida y la realidad pulsada directamente sobre el terreno, y dejarnos de teorias sofisticadas y estudios que muchas veces se hacen desde lejos. Un saludo
Muchas gracias por comentar antes que nada
Mi correo ha hecho de las suyas y me ha dejado todas las notificaciones de comentarios en la carpeta de spam. Así que aunque tarde intentaré contestar a alguna de las cuestiones planteadas.
Gloria:
Efectivamente, como hemos visto en nuestros proyectos de Adelante con África, invertir en mujeres asegura el presente, ya que son quienes gestionan las labores del campo, y en futuro, al ser ellas quienes se encargan de la educación de los hijos. Al menos en la República Democrática del Congo es así.
Keretearo:
No creo que se trate de poner la experiencia antes que la ciencia sino de aprovechar dicha experiencia para que la ciencia, o si se quiere dicho de un modo más amplio: el conocimiento, rija el destino de la gente y de la manera en la que ocupa el territorio.
En cuanto al tema de la caza hay mucho que modificar efectivamente pero más allá de cuestiones generales es un tema que no conozco bien por lo que no puedo opinar con conocimiento de causa.
Rafael:
Para mi las teorías generales son imprescindibles ya que son el marco que nos guiará a la hora de actuar y evita que peguemos bandazos. Bien es cierto que a la hora de trabajar con un colectivo el punto de partida a de ser la realidad concreta que tenemos ante nosotros y que hemos de ser flexibles. Para mi no es tanto decidir si me muevo por cuestiones mayores o menores, por la experiencia o por la formación académica sino buscar un punto de convergencia que nos permita avanzar hacia objetivos de sostenibilidad y viabilidad.