Durante este año 2016 se van sucediendo multitud de noticias que confirma el crecimiento de la agricultura y ganadería ecológica en diferentes comunidades autónomas.
Aún no estamos en la media de consumo de productos procedentes de la ganadería ecológica de muchos de los países europeos pero todo apunta a que estamos avanzando.
Este mismo mes de octubre, la consejera de Desarrollo Rural del Principado de Asturias, ha animado a los agricultores y ganaderos asturianos a producir alimentos ecológicos, que han aumentado un 21 % en la última década. Destacando que las condiciones naturales de Asturias son excepcionales para la producción de alimentos ecológicos: “producir en ecológico porque no les va a suponer un cambio sustancial respecto a su forma ordinaria de trabajar y les comportará una mejora económica”.
La evolución del vacuno ecológico en Asturias se ha multiplicado por 15 en los últimos diez años.
La consejera garantizó que su departamento continuaría manteniendo el compromiso y las ayudas a este subsector “que puede seguir creciendo, es rentable en una tierra ideal para esta producción, y debe incorporar cadena de valor y transformación”. La responsable de Desarrollo Rural valoró positivamente los 25 años de producción ecológica asturiana, donde el sector ha crecido “de forma lenta, pero constante, un 5 por ciento anual”. Y recalcó que toda la producción se vende, “además, a un precio razonable como para asegurar su rentabilidad”.
¿Alguien puede decir lo mismo en estos tiempos?
Pero independientemente del lugar, las exigencias de la ganadería ecológica repercuten en una carne con propiedades beneficiosas para la salud y el medio ambiente. Cinco ventajas de los productos ganaderos ecológicos frente a la de granja convencional son:
- Más vitaminas: Los animales alimentados al aire libre como exige la ganadería ecológica presentan en su carne más vitamina E y vitamina B2, que aportan propiedades antioxidantes a nuestro cuerpo. Además tiene de cuatro veces más ácido linoleico que la carne de granja industrial. Este ácido disminuye la presión arterial y ayuda a controlar el colesterol.
- Sin antibióticos: En las granjas industriales se controlan las infecciones, producidas en gran parte debido al hacinamiento de los animales, con antibióticos. En las granjas ecológicas se potencia el sistema inmunitario natural de los animales con una buena alimentación y unas buenas condiciones de vida.
- Ciclos sostenibles: Las granjas ecológicas respetan el ciclo de la materia: los animales comen hierba o cereales procedentes de la agricultura ecológica, que se fertilizan y crecen con el estiércol que producen los animales, aportando nuevos nutrientes al suelo.
- Animales felices: La ganadería ecológica garantiza grandes espacios por donde pastar al aire libre, donde viven el mayor tiempo posible. La calidad de la carne o de la leche es superior cuando el animal tiene salud y bienestar. Se consigue el máximo nivel posible de bienestar animal según marca la normativa europea.
- Apoyo local: Casi todas las explotaciones ganaderas son pequeñas, muchas veces familiares, situadas en pueblos, no muy lejos de donde vive el consumidor. Comprando carne ecológica se contribuye a un desarrollo local más sostenible y se incrementa la viabilidad del mundo rural.
Jose Luis Yustos colabora con el ISM como docente del curso Agricultura Ecológica: un motor de desarrollo económico sostenible
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