Cuando uno comienza a trabajar en el mundo de la formación es inevitable que haya conceptos y términos a los que debe habituarse y conocer a la perfección. Este fue mi caso cuando tuve que aprender qué era eso llamado bonificación de las empresas a la seguridad social por la formación de sus trabajadores. De hecho resuelvo gran cantidad de dudas al respecto ya que muchos de nuestros alumnos han visto los logos, la publicidad y, aunque saben que se trata de una ayuda económica para la realización de cursos, desconocen quiénes son los beneficiarios de dicha ayuda y cómo pueden aprovecharse de la misma.
Esto junto con el hecho de que la mayoría de las empresas no gastan sus fondos de formación, me ha hecho redactar este post en el que de manera breve voy a intentar resumir todos los aspectos a tener en cuenta para aprovechar el crédito formativo de las empresas y aclarar un poco en qué consisten estas bonificaciones.
¿Qué es el crédito de formación continua?
Es la cantidad máxima disponible por cada empresa para gastar en formación. Esta cantidad depende del número de trabajadores que se tuvieron contratados bajo el régimen general de la Seguridad Social durante el año anterior del año en que se cursará la formación.
¿Quién puede beneficiarse de los fondos gestionados por la Fundación Tripartita?
Sólo los trabajadores por cuenta ajena pueden acceder a estas ayudas, por lo que en este caso no podrían bonificarse los trabajadores autónomos o los desempleados.
¿Cómo beneficiarse de estos fondos?
Cualquier empresa puede gestionar por sí misma los fondos que anualmente se le asignana través de la página de la Fundación Tripartita. Otra forma de beneficiarse de estos fondos es a través de la empresa de formación, como es el caso del ISM, que realiza gratuitamente la gestión de la bonificación.
¿Cuánto tiempo hay para aprovechar el crédito formativo?
La subvención de Fundación Tripartita tiene carácter anual y no acumulable, es decir que la cantidad que no se agote en formación un año, se pierde para el año siguiente.
La mejora de las competencias laborales de un trabajador es fundamental no sólo para él mismo, que verá como su valía aumenta y sus conocimientos y experiencia son reconocidos profesionalmente, sino también para las organizaciones pues apoyando y motivando a su personal en su desarrollo y perfeccionamiento profesional, obtendrán más y mejores resultados empresariales.
Por ello, es una lástima que por el mero desconocimiento de la existencia de estos fondos o de cómo se gestionan haya créditos formativos que no se consuman y trabajadores que no se beneficien de los mismos.
Creo que siempre que sea posible y cuando el curso realmente es de utilidad para el desempeño de nuestra labor profesional tenemos que hacer uso ese dinero que aparece descontado en las nóminas en concepto de “formación profesional” y solicitar a nuestra empresa que nos apoye en la especialización de nuestro perfil técnico.
La pregunta, para todos aquellos que afortunadamente se encuentran trabajando, es: ¿En qué disciplina quiero progresar y qué crédito formativo tiene mi empresa para ayudarme a mejorar profesionalmente?
En mi experiencia con este tema los principales problemas con los que nos encontramos son:
1- la empresa paga el curso primero y luego se lo devuelven a través de la seguridad social: eso hace que la empresa se niegue por miedo a que no le devuelvan el dinero o simplemente porque no quieren tener que adelantar nada.
2 – A la empresa no le interesa formar al trabajador porque cree que va a perder el tiempo con «un cursito» (léase en tono despectivo, que es como me lo decían a mi) en lugar de trabajar.
3 – La empresa no se cree eso de que sea gratis. Por más que se lo explicas dice que eso no puede ser, que es un «chanchulleo» para sacarles el dinero y cosas así (he oído de todo).
Saludos!
Paula, tienes muchas razón , muchas de las empresas tienen el planteamiento que comentas pero cada una de ellas tiene una explicación y yo creo que es el desconocimiento del funcionamiento de este tipo de formación lo que les hace pensar así.
1.- Las empresas no tienen que preocuparse de la devolución del dinero del curso ya que en realidad no les devuelven dinero sino que es un ingreso que no hay que hacer, es decir que una empresa paga el curso y posteriormente ese importe se lo descuenta de los seguros sociales que tiene que pagar.
No es una factura a la administración de esas que nunca se pagan.
2.- La formación online compensa en parte esa sensación por parte de las empresas de perder de vista al trabajador durante los días del curso.
3.- Hay que dejar claro que este tipo de formación no es gratuita por ningún lado, que se paga descontando de la nómina de los trabajadores.
Se descuenta entre el 1 y el 2 % de la nómina de los trabajadores para financiar esta formación.
Para hacernos una idea : si cada año hay 15 millones de trabajadores y ponemos un suelo medio de 15.000 euros, el 1 % de esta cantidad son 2.200 millones de euros.
Luego no se invierte ni la mitad en formación.