El avance tecnológico es imparable existiendo grandes inversiones en diferentes campos como la robótica o informática, pero mientras parece que avanzamos hacia el futuro, en los países subdesarrollados más de 6400 niños mueren al día por desnutrición y más de 1800 lo hacen por problemas de diarrea , según fuentes de UNICEF, al no disponer de agua potable o una higiene adecuada.
Por el lado contrario, según fuentes de la Organización Mundial de la Salud (WHO en inglés), en los países desarrollados, cada año mueren más de 2,8 millones de personas por enfermedades relacionadas con la obesidad y el sobrepeso, siendo los problemas de corazón las más comunes.
Si a ello le sumamos que según estimaciones de la OMS, se está desperdiciando alrededor de un tercio de la comida producida, es decir, de las más de 3.500 millones de toneladas anuales de alimentos producidos en el mundo (que según diferentes estimaciones es casi el doble de los alimentos que se necesitan), anualmente 1.300 millones de toneladas se tiran a la basura, nos encontramos ante un grave problema ya no exclusivamente tecnológico sino de gestión global que hay que mejorar urgentemente.
Por todo ello es fundamental el consumo sostenible y responsable de los alimentos, ya que el desperdicio alimentario no es solo comida que se tira a la basura, sino también todos esos recursos necesarios para su producción, ya que este desperdicio conlleva una gran problemática ambiental, que se traduce según la FAO en:
- Una huella de carbono que se estima en 3.300 millones de toneladas de CO2 equivalente de gases de efecto invernadero, que son desperdiciados cada año por la comida tirada. Esta cantidad está por delante del 3º país con mayores emisiones del mundo.
- La huella hídrica usada para la producción de esos alimentos que se tiran se estima en unos 250 km3 anuales, lo que equivale al caudal anual del río Volga en Rusia, o tres veces el volumen del lago de Ginebra.
- La huella ecológica de los productos desperdiciados es de unos, 1.400 millones de hectáreas (el 28% por ciento de la superficie agrícola del mundo). Esto equivaldría a la superficie de China, Mongolia y la República de Kazajastán
Además del desperdicio, ¿Cuál es el otro problema de la alimentación mundial?
El abuso de carne y proteína animal se sitúa entre otro de los problemas que comprometen la alimentación de generaciones futuras. Ya que como hemos citado anteriormente, la producción global de alimentos es suficiente para satisfacer las necesidades del ser humano a nivel mundial, pero dentro de los alimentos con mayor impacto ambiental se encuentra la proteína animal debido a sus altas necesidades de recursos para su producción.
El problema es, como se ve en el curso de Nutrición y medio ambiente, que nos estamos alejando mucho de una dieta saludable como la dieta mediterránea, rica en gran variedad de alimentos, en pro de dietas hiperproteicas de origen animal, la dieta paleo o dunkan son algunos claros ejemplos.
Por ello es fundamental la formación de los individuos en este campo, consiguiendo un mejor conocimiento para entender como nutrir adecuadamente a tu cuerpo, de forma sencilla, saludable y sostenible.
¿Y qué puedo hacer yo como individuo?
A nivel individual el desperdicio alimentario se basa en:
Reducir: Es fundamental no comprar más de lo necesario, por ello se recomienda:
- Hacer una lista de la compra, para adquirir lo necesario y tener una mejor organización.
- Evitar comprar grandes cantidades aunque esté de oferta. Compra lo que tú necesites, no lo que necesite la tienda.
- Comprar a granel, así podrás elegir la cantidad que desees.
- En caso de comprar gran cantidad, congelar el alimento en porciones.
- En caso de no saber el alimento se consumirá en un espacio breve de tiempo, las conservas son una alternativa de producto con una mayor duración de vida.
Reutilizar/ recuperar: Se basa en transformar el alimento.
- No tires lo que te sobre, haz otro plato. Una alternativa fácil suele ser añadir arroz o pasta y hacer un plato a partir de las sobras.
- Si el producto fresco se está deteriorando, puedes congelarlo o transformarlo. Por ejemplo, el tomate puede ser transformado en tomate frito y almacenarlo en tarros al vacío.
Si quieres tener más ideas, debes saber que están surgiendo diferentes páginas web, empresas y app que están ayudando a mitigar el impacto generado.
Algunas de ellas son:
- Lifewell: Es una web de WWF financiada por Proyecto Life, cuyo lema es “Gente sana, planeta sano”
- Thinkeatsave: Es un proyecto en el que colaboran el PNUMA y la FAO, que contribuye al Programa de Sistemas Alimentarios Sostenibles del Marco de 10 Años de los Programas sobre Consumo y Producción Sostenibles.
- Love food, hate waste: Es una web donde puedes encontrar consejos y recetas para evitar el desperdicio alimentario.
Y aplicaciones móviles contra el desperdicio como:
Conclusión, come mejor y con cabeza. Tu cuerpo y medio ambiente te lo agradecerá.
Rodrigo Nuñez de Arenas es profesor en el ISM y con él hemos puesto en marcha el curso online de Nutrición y Medio Ambiente. A través de este programa formativo, hablaremos del trasfondo que tienen los alimentos que consumimos, de cómo realizar un menú saludable y sostenible para ti y tu entorno, desmentiremos mitos y miraremos más allá del envoltorio, aprendiendo a comer de una forma saludable, sencilla y consciente y sostenible.
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