La creación de un parque nacional no es algo que ocurra todos los días. De hecho, el último creado en España hasta ahora había sido el de la Sierra de Guadarrama en Madrid, declarado en 2013.
Por eso, y porque supone la culminación de un largo viaje, la declaración del nuevo Parque Nacional Sierra de las Nieves se ha vuelto un habitual en los últimos meses.
Este parque es ya el decimosexto de la red de parques nacionales españoles y el tercero de la comunidad autónoma de Andalucía. De este modo, Andalucía es la segunda comunidad con más parques nacionales, sólo detrás de las siempre biodiversas Islas Canarias.
Un poco de historia
Hace casi un siglo aparecieron los primeros intentos de introducir a la Sierra de las Nieves en el selecto club de los parques nacionales. Pero es ya a partir de 1995 cuando el lugar empieza a atesorar la figuras de reserva de la Biosfera, y la de parque natural desde 1989. Y como no podía ser de otra forma, también ostentaba las figuras de LIC (lugar de interés comunitario) y ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves) de la Red Natura 2000.
¿Por qué un parque nacional?
Sin duda, su valor más característico son los fabulosos bosques de pinsapos (Abies pinsapo), endemismos de las provincias de Málaga y Cádiz, y un recuerdo de esos grandes bosques de coníferas del Terciario que una vez cubrieron buena parte de la Península Ibérica. El parque alberga la mayor extensión de pinsapos del mundo (unas 2000 Ha).
Pero no sólo el pinsapo merece conservación. También la rica y variada fauna de la zona, con más de 120 especies de aves y abundantes poblaciones de ungulados como el jabalí, el muflón, el corzo, la cabra montés o el gamo, entre otros. Y, por su puesto, su intrincado relieve kárstico, que combina alturas de más de 1900 m con profundas simas que superan los 700 m de profundidad, creando un intrincado sistema de galerías subterráneas excavadas por el agua a lo largo de millones de años.
Por último, pero no menos importante, otro de los valores que se pretende salvaguardar es la propia relación con la naturaleza que mantienen de los habitantes de los 8 municipios que integra el parque. Han sido precisamente los usos tradicionales del suelo y su forma de vida los que han permitido la conservación de este incalculable patrimonio natural, geológico y cultural.
¿Qué consecuencias ha tenido la denominación de parque nacional para la zona?
En primer lugar, ha sido un impulso para la conservación de esa joya botánica que son los pinsapares. Pero también ha supuesto la prohibición de la caza y la pesca, así como la extracción de áridos o la minería entre otras actividades.
Sin embargo, también supone un revulsivo para la economía local y una medida contra la despoblación cada vez más acusada que está viviendo la zona. La promoción del ecoturismo, así como de la gastronomía y el folclore local, permitirán potenciar y reactivar la economía de los pueblos de la zona, impulsando su desarrollo socioeconómico.
La oportunidad de asociar los productos locales con la potente marca de un parque nacional permitirá elevar las ventas y el comercio local, creando nuevas y potentes vías de ingresos.
El desarrollo de empresas de turismo activo y la promoción turística que conlleva un parque nacional favorecerán una mayor afluencia del turismo, colocando en el mapa zonas ampliamente desconocidas para el gran público y poniendo en valor el territorio natural y cultural que abarca la Sierra de las Nieves.
Se trata de una oportunidad única de revitalizar y desarrollar todas aquellas áreas rurales, toda esa España vaciada que atesora el parque y que encierran un patrimonio cultural, etnográfico y humano tan valioso como el propio capital natural.
Porque lo Parques Nacionales no sólo tratan de conservar la naturaleza, sino también de preservar esa compleja relación hombre-territorio, favoreciendo la sostenibilidad y propiciando un desarrollo económico parejo con una naturaleza viva que lo impregna todo.
El futuro del parque
Aunque es nuestro parque nacional más joven, ha tenido un nacimiento intenso. No sólo ha estado ampliamente cubierto por los medios de comunicación, sino que tras pocos meses de su declaración como parque nacional, varios colectivos están pidiendo ya su ampliación. Desde la Plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional reclaman que se incluya la parte occidental de la Sierra Bermeja con el objetivo de salvaguardar la parte más valiosa, que ya fue asolada por un terrible incendio el pasado mes de septiembre. Además, la plataforma alega que ayudaría a frenar el despoblamiento del Valle del Genal.
Se amplíe o no, la Sierra de las Nieves aún se enfrenta a una serie de factores que amenazan su biodiversidad. Desde el sobrepastoreo al turismo masivo, pasando por los frecuentes incendios forestales y diferentes plagas que afectan a los pinsapos y causan cuantiosos daños en unos de los principales valores naturales del parque.
Pero su declaración como parque nacional va a permitir dotar de medios económicos y de una mayor capacidad de planificar y gestionar todas esas amenazas. Será una probabilidad de crear una auténtica simbiosis hombre – naturaleza que nos permita avanzar y desarrollarnos integralmente con el entorno.
Pero esto no acaba aquí
La red de parques nacionales es algo vivo y muy dinámico. Durante meses hemos asistido en directo a la creación de un nuevo parque nacional. Pero seguro que no será el último.
Varias voces piden ya dotar a las estepas de los Monegros con la máxima figura de protección en España. Se trata de un ecosistema único que no está bien representando en dentro de la Red de Parques Nacionales. Pero su posible declaración, como es habitual, no estaría exenta de polémica.
Finalmente, existen otros muchos lugares que también podrían engrosar la lista de nuestros parques nacionales. Y es que tenemos la enorme suerte de que es España es un país muy biodiverso, con multitud de ecosistemas bien representados y conservados. Nuestra situación geográfica, nuestro clima y nuestra orografía han sido caldo de cultivo para el desarrollo de una fauna y una flora excepcionales.
Tenemos una maravilloso patrimonio natural, geológico y etnográfico y es nuestro deber conservarlo. Pero no a costa del desarrollo social, sino incluyéndolo y potenciándolo. Y para eso no hay mejor forma que hacerlo a través de nuestra red de parques nacionales.
Ignacio García Hermosell es docente del curso de Gestión de Espacios Naturales Protegidos y Especialista en Protección y Gestión de Espacios Naturales. Puedes consultar ambos cursos para obtener más información sobre esta temática.
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