Más de 4,300 mil millones de personas en todo el mundo viven en áreas urbanas en la actualidad. Para el año 2050 ese número superará los 7 mil millones, el doble de quienes vivirán en un entorno rural, una reversión completa de la situación que existía en 1950. En poco tiempo, la humanidad habrá pasado de ser dos tercios rurales a dos tercios urbanos. La mayor parte de este crecimiento ocurrirá en el sur del planeta, por ejemplo en China, India y Nigeria.
Las ciudades han sido históricamente motores de crecimiento, prosperidad y progreso social para las personas. No obstante, a lo largo del tiempo se han convertido en lugares muy difíciles para vivir y con-vivir. En las grandes urbes por inseguridad y baja interacción, las personas tienden aislarse socialmente desencadenando problemas de salud mental. La mayoría de ciudades son poco saludables por altas concentraciones de contaminantes atmosféricos. La mayoría de las personas urbanas llevan un estilo de vida sedentario, no camina y hace ejercicio regularmente, elevando las tasas de obesidad, etc.
En una ciudad como Delhi, el grado de polución actual equivale a fumar 50 cigarrillos al día
Las ciudades se han convertido en lugar hostil. Por lo que, siguiendo a Tim Beatley debemos re-imaginar lo que es una ciudad, y lo que significa ser un habitante urbano en el futuro.
Parte de la solución es devolver la naturaleza a nuestras ciudades, re-conectando a las personas con los ritmos de la naturaleza y adoptando firmes decisiones de políticas públicas que favorezcan un camino hacia ciudades más naturales, saludables y empáticas.
Regresar las ciudades a la naturaleza pasa por comprender que las personas, las infraestructuras y la naturaleza interactúen como un ecosistema único, apoyándose positivamente cada parte como un todo. Un tipo de ciudad que funcione bien para los ciudadanos y funcione bien para la naturaleza. Las ciudades que actúen a favor de la naturaleza son más resilientes al cambio climático.
Devolver la naturaleza a las ciudades supone que las personas obtendrán los beneficios que la naturaleza ofrece de forma gratuita permitiéndoles mejorar su calidad de vida urbana. Estar rodeado de naturaleza tiene beneficios en la salud mental y física, la participación activa de las personas en el cuidado de la naturaleza crea un sentimiento de orgullo y pertenencia hacia la comunidad.
En muchas ciudades del mundo han empezado a re-imaginar que otra ciudad es posible. A menudo se nombra a Singapur como una ciudad que pone a la naturaleza en su corazón, pero hay muchas otras que muestran un pensamiento innovador como Melbourne, Nueva York, Londres, Vitoria, Zaragoza o Bogotá. En todas estas ciudades, la visión ha sido invertir en infraestructura verde como el alma de una ciudad natural que brinda no solo beneficios medioambientales, sino también beneficios sociales, económicos y de bienestar a los ciudadanos.
Devolver el capital natural de las ciudades implica, también, un enfoque ecosistémico que considere la biodiversidad de plantas cuando se planifica la creación o mejora de los espacios verdes urbanos. Para ello, es preciso contar con un soporte técnico idóneo, plantas de calidad y ciudadanos activos y comprometidos.
Buen ejemplo es la iniciativa “Grow Wild” del Royal Botanic Gardens, Kew del Reino Unido, apoya a los ciudadanos a cambiar el color gris a verde, amarillo, azul y rojo de su barrio.
Grow Wild centra su acción en áreas urbanas y proyectos juveniles del Reino Unido, donde financia, proporciona apoyo técnico a individuos y grupos comunitarios (vecinales), proporcionando semillas de plantas silvestres nativas de alta calidad especialmente seleccionada y adecuada para cada proyecto. Los resultados son impresionantes entre 2013-2019, más de 2,4 millones de personas han participado transformando espacios urbanos hacia naturaleza con plantas silvestres nativas.
En Grow Wild se han quedado muy han sorprendido por el impacto positivo de la iniciativa en la personas. Casi dos tercios de los participantes sintieron un mayor sentido de pertenencia a sus vecindarios, ocho de cada diez personas sintieron un mayor sentido de responsabilidad por la vida silvestre, y más de un tercio de las personas pasaron más tiempo fuera de casa después de participar en actividades con Grow Wild .
Comenzar a re-imaginar la ciudad es una acción de hoy, no de mañana, debemos recuperar la esencia de las ciudades; como un lugar donde las personas viven, trabajan y prosperan en forma saludable con la naturaleza.
Desde el Instituto Superior del Medio Ambiente, nos súmanos al movimiento re-imaginar las ciudades; para lo cual hemos desarrollado un nuevo curso Ciudades verdes: hacia la regeneración urbana, en modalidad ON LINE. En este curso expondremos las herramientas teóricas y prácticas básicas de implementación de planes de renaturalización de las ciudades a través de los espacios verdes urbanos, periurbanos y naturales interconectados. Todo ello a través de acciones de agricultura urbana, sistemas de drenaje sostenible, muros y tejados verdes entre otros, con el fin de conseguir un urbanismo sostenible en nuestras ciudades.
Te esperamos.
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