La Travesera de Picos de Europa es una carrera por montaña que este año cumple su 11ª edición. Famosa por su dureza, recorre la mayor parte del Parque Nacional de los Picos de Europa, en un trazado con desnivel acumulado de 13.245 metros concentrado en apenas 74 km. A pesar de su tremendo recorrido, el pasado 1 de febrero de 2014, se agotaban todas sus inscripciones en apenas 12 minutos. Ante esta situación la organización de la carrera se plantaba ante los gestores del Parque Nacional con la finalidad de incrementar su cupo de participantes y argumentaba:
“estar dispuesta a contribuir a la protección del entorno natural de los Picos de Europa, disminuyendo el impacto que podamos producir al mínimo posible, implicándonos de forma activa en la protección del medio natural y ser un ejemplo para el resto de usuarios del Parque Nacional. Pero también queremos reivindicar la importancia socio-económica que para los habitantes de la zona tiene la organización de la Travesera, contribuyendo a poner en valor el territorio en el cual se celebra
Y es que aunque las carreras de montaña pueden contribuir a poner en valor el patrimonio natural de los territorios donde se celebran es previsible que el conflicto entre uso y protección de la naturaleza vaya en aumento teniendo en cuenta que los deportes al aire libre están cada vez más de moda.
Como se expone en la recién publicada Guía Apia de legislación ambiental aunque algunas comunidades autónomas han aprobado regulaciones concretas sobre actividades deportivas en el medio natural, en su gran mayoría sólo suelen referirse a vehículos a motor.
En Espacios Naturales las actividades debieran regularse en los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y en los Planes de Uso y Gestión (PRUG).
El problema en este caso radica en que a pesar del gran número de áreas protegidas con los que contamos existe un enorme déficit de planes de gestión para clarificar la situación de usos y actividades.
Sirvan como ejemplo los datos del recién estrenado “Termómetro de la Red Natura 2000 de Europarc”: sólo un 10 % de los planes de gestión de la Red Natura 2000 española se encuentran aprobados en el momento actual.
Los Planes de Gestión permitirían, por ejemplo, diseñar un trazado acorde con la zonificación de las áreas protegidas, evitando zonas de uso restringido. En un escenario ideal, estos Espacios deberían contar con Planes de Uso Público, que recogieran, su capacidad de carga.
Desde el punto de vista de la Evaluación Ambiental, en países de nuestro entorno como Francia, la normativa recoge la necesidad de desarrollar estudios de afecciones a la red Natura 2000 en el caso de pruebas deportivas de gran envergadura.
En España no existe una regulación específica respecto a deportes al aire libre, teniendo en cuenta que la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental se refiere a proyectos y no a actividades.
Teniendo en cuenta lo anterior, como caso de estudio se presenta a continuación un estudio piloto de Evaluación Ambiental de una Carrera por Montaña, elaborado con el apoyo de la Asociación Territorios Vivos, donde se ha propuesto una sencilla metodología basada en las fórmulas utilizadas habitualmente en los procedimientos de Evaluación de Impacto Ambiental.
Esta competición se desarrolla íntegramente sobre el Espacio Natural “Sierra de la Demanda”, LIC “Sierra de la Demanda” y ZEPA “Sierra de la Demanda”. Se trata de una zona caracterizada por la presencia de pinares de repoblación de Pinus sylvestris con algunos bosquetes de gran interés de Haya (Fagus sylvatica), Roble albar (Quercus petraea) y Roble melojo (Quercus pyrenaica).
Se valoró el posible impacto de la carrera sobre la fauna protegida, destacando entre las especies más relevantes: la Perdiz pardilla (Perdix perdix); el Águila real (Aquila chrysaetos); o el Desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), concluéndose que no existiría afección significativa.
Se concluyó que los mayores impactos se podrían producir sobre la geología y edafología, especialmente en el tramo de la carrera con mayor pendiente situado entre los p.k 5 y p.k. 5,5. En esta zona podrían existir riesgos de erosión y compactación, especialmente si los corredores se salen del trazado marcado.
Con el fin de reducir los impactos generados se plantea la necesidad de fundamentar la organización de la carrera en la prevención como método óptimo para controlar los efectos negativos. En este sentido, la elección de un trazado adecuado se convierte en una de las principales tareas preventivas. Entre las medidas propuestas se plantea que desde la organización se ha establecido expresamente en el reglamento la descalificación de los participantes en casos en los que no se siga el camino trazado.
Con todo ello se pretende colaborar tanto a la conservación del medio natural como a la práctica más sostenible de este tipo de actividades y al fomento de las mismas en el marco de un ocio saludable y gratificante.
Sobre Manuel Oñorbe
Manuel Oñorbe Esparraguera es biólogo y consultor ambiental. Ha participado y/o coordinado un amplio espectro de proyectos relacionados con la gestión, conservación y uso sostenible del medio natural, tanto desde el prisma de la consultoría privada como de la Administración. Desde el tercer sector, es miembro del equipo técnico de la Asociación Territorios Vivos que trabaja por la sostenibilidad, desde el reconocimiento del valor de los sistemas naturales y la implicación social en su conservación.
Editor de manuelmedioambiente.wordpress.com blog de carácter técnico de temas relacionados con la actualidad del medio ambiente enfocado, entre otras cuestiones, en las relaciones entre el deporte al aire libre y el medio natural, la conservación de Espacios Naturales Protegidos y la Evaluación de Impacto Ambiental.
Es miembro del equipo de expertos del portal i-ambiente,así como del portal especializado en carreras por montaña corredordemontana.comdonde aporta su visión ambiental al emergente mundo de los deportes en áreas protegidas.
Email: manuel@medioambiente.com
Twitter: @manuelambiente
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