Por desgracia, con mucha frecuencia leemos noticias de prensa que exageran los logros ambientales de algunas empresas. Lo hacen emitiendo “mensajes ambientales engañosos”, que dan a entender cosas que no son. Es lo que se llama Greenwashing. Hemos tenido ocasión de comentarlo anteriormente en otros post sobre Correos y Metro de Madrid.
En este post vamos a ver otro ejemplo, en un artículo de una revista de Costa Rica. En febrero de 2018 se publicaba la noticia “Producir bananos sin dejar huellas”, en la agencia de noticias Inter Press Service. De esa noticia se obtiene una importante conclusión, que se resalta con un titular: “Costa Rica: bananos con emisiones cero”. Pues bien, esa noticia es manifiestamente engañosa y, por tanto, es un caso claro de Greenwashing. Si quieres saber porqué, sigue leyendo.
En la noticia se glosaba que el Foro Mundial Bananero (FMB), de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), había elaborado una “Guía práctica para medir y reducir la huella de carbono y agua en la producción bananera”.
La Guía ha contado con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional Alemana (GIZ) e incluye experiencias de Costa Rica, “que dice ser un país líder en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la industria bananera”, y cuyas lecciones aprendidas dicen que pueden ser replicadas por otros.
Además, se incide en que Costa Rica tiene una política nacional y un compromiso de alcanzar la meta de carbono neutralidad en 2021. Y que por ello fue elegida por la FAO para desarrollar ese proyecto piloto, considerando que el país es “pionero en contar con las primeras plantaciones de banano certificadas como carbono neutral”.
Con todos estos antecedentes, llegados a este punto, lo lógico es tener la imagen de que las plantaciones de banano de Costa Rica consideradas en la Guía han hecho una evaluación exhaustiva de su Huella de Carbono y que han compensado la totalidad o la mayor parte de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero, para conseguir ser neutrales. Pues bien, desgraciadamente, si entramos en los detalles de la Guía, veremos que no es así.
La noticia se ha extralimitado notablemente en los logros del trabajo realizado y ha dado a entender mucho más de lo que realmente se ha evaluado. En consecuencia, la noticia es un buen ejemplo de GREENWASHING, puro y duro. Basándonos en la propia Guía, veamos ahora porqué esto es así.
En primer lugar, vamos a dejar claro cuál es el uso correcto del término “carbono neutral”. Para ello, nos vamos a apoyar en la norma PAS 2060, que dice que ese término indica que “la organización o producto al que se refiere no ha contribuido con emisiones netas de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera; es decir, que su impacto sobre el cambio climático es cero”. Esto se logra compensando las emisiones que no se pueden reducir. Y ello requiere que la medida de la Huella de Carbono de Organización haya incluido el 100% de las emisiones de los Alcances 1,2 y todas aquellas emisiones del Alcance 3 que contribuyan con más del 1% a la Huella de Carbono total. También se puede conseguir evaluando correctamente la Huella de Carbono del Ciclo de Vida del Producto (lo que requiere el cumplimiento de los principios oportunos y, en particular, el de integridad) y compensando las emisiones necesarias.
La Guía deja bien claro que la Huella de Carbono se evalúa bajo el enfoque de Organización; es decir, lo que realmente evalúa la Guía es la Huella de Carbono de la “Organización que cultiva el banano” (norma ISO 14064-1); no se evalúa la Huella de Carbono de la “producción de banano” (que requiere emplear la norma ISO/TS 14067 y el enfoque de Ciclo de Vida del Producto). Además, la Guía dice que: “las emisiones que deben incluirse obligatoriamente en el inventario son las correspondientes al alcance 1 y 2; las emisiones de alcance 3 que llegan a ser de gran impacto y fundamentales para el negocio, deben considerarse para el inventario”.
Sin embargo, la realidad es que en la Guía y en los ejemplos no se evalúan algunos componentes muy importantes del Alcance 3 de la Huella de Carbono de la producción de banano, como son todas las operaciones necesarias, desde la extracción y procesado de las materias primas, para la fabricación y transporte (hasta la explotación agrícola) de los fertilizantes, pesticidas, combustibles, materiales de cosecha, embalajes, etc. empleados en la fase de cultivo. No puede alegarse que falten datos, porque en la propia Guía se dice conocer cuántos fertilizantes, pesticidas y combustibles se han utilizado. Por tanto, cabe pensar que el estudio y la Guía no están completos porque no se ha dispuesto de las herramientas adecuadas para hacer los cálculos, como son los softwares de Análisis de Ciclo de Vida (SimaPro, Gabi, etc.), que disponen de los datos necesarios para hacerlo.
Es decir, la Guía conduce a medir la Huella de Carbono de la “Organización” (la empresa que produce el banano; que no es lo mismo que medir la Huella de Carbono de la producción del banano) de una manera muy parcial.
A continuación, se recoge el esquema que se muestra en la Guía para explicar el ciclo de vida completo de la producción de banano, señalando las tres primeras etapas evaluadas e indicando las 4 siguientes que no se han considerado ni en la Guía ni en los cálculos. Queda claro, por tanto, que en ningún momento se ha evaluado la Huella de Carbono del Ciclo de Vida de la producción de banano. Más aún, el citado esquema está incompleto, puesto que olvida una parte importante de la fase de aguas arriba, que forma parte del Alcance 3 de la organización; por ejemplo, como ya se ha dicho, faltan todas las operaciones necesarias, desde la extracción y procesado de las materias primas, para la fabricación y transporte de los fertilizantes, pesticidas, combustibles, materiales de cosecha, embalajes, etc. empleados en la fase de cultivo.
En otro lugar, la Guía relaciona la Huella de Carbono de Organización calculada (muy incompleta) con datos de producción, con objeto de evaluar en futuras ocasiones el desempeño de la empresa: esto le lleva a sugerir el empleo de indicadores como kg CO2e/caja, kg CO2e/kg banano, kg CO2e/$. Esto no es incorrecto; además la Guía dice que estos valores no sirven para presentar los resultados en una declaración. Esto es así, pero no por la razón que en ella se da: “en una declaración deben presentarse en toneladas de CO2 equivalente”; la verdadera razón es que, para poder hacer una declaración de la Huella de Carbono de un Producto, esta tiene que calcularse bajo el enfoque del Ciclo de Vida de Producto, es decir, con la norma ISO/TS 14067, complementada con la Regla de Categoría de Producto adecuada, que, por cierto, existe para calcular la huella de carbono de la producción de banano.
En el informe de resultados obtenidos, se indica que el resultado del indicador de desempeño de emisiones por caja fue de 1,019 kg CO2e/caja. Esto da a entender que La Huella de Carbono de la producción de “una caja de banano para exportación de 18,14 kg” es la cantidad mencionada, lo que da a entender que, en Costa Rica, la Huella de Carbono de la producción de banano es francamente baja. Sin embargo, este sobreentendido (que debería ser proactivamente evitado) no es correcto, porque la evaluación se ha hecho para la “organización productora” y está manifiestamente incompleta.
En definitiva, debe quedar claro que el enfoque adecuado para medir la Huella de Carbono de la “producción de banano” es el de la Huella de Carbono de Producto (norma ISO/TS 14067), basado en evaluar exhaustivamente todo el Ciclo de Vida de la “producción de banano”; y que es un enfoque apreciablemente diferente al de la Huella de Carbono de Organización, seguido en la Guía analizada en este post.
Resulta, por tanto, que la Huella de Carbono evaluada en la Guía está muy incompleta. Así lo reconoce, implícitamente, la propia Guía, que dice poner a disposición el procedimiento para estimar las emisiones de GEI de una organización, es decir, de una “empresa bananera”. Es decir, la Guía no es adecuada y no permite calcular la Huella de Carbono de la producción de una cierta cantidad de banano (1 kg, 1 tonelada). En consecuencia, si no se conoce la Huella de Carbono de la producción de banano, si se tiene la certeza de que no se ha evaluado de manera exhaustiva, aunque se compensen algunas emisiones, NUNCA SE PODRÁ DECIR QUE ES UN BANANO NEUTRAL O CON EMISIONES CERO. Esta es otra de las extralimitaciones del artículo de prensa y probablemente la más grave.
Confiamos que el post te haya resultado tan interesante que hayas llegado hasta aquí. Esperamos también que el tema te haya motivado a aprender sobre estos temas y a profundizar en ellos.
Si estás interesado en tener una visión completa de lo que es la Huella de Carbono, la Huella Hídrica, la Huella de Agua y la Huella Ambiental de un producto y cómo se calculan, te invitamos a participar en los cursos que impartimos sobre las Huellas de Producto en el Instituto Superior de Medioambiente (ISM) sobre esta materia.
Deja tu comentario