La recuperación económica mundial, y en concreto en España, es un hecho. Los últimos datos del PIB en España (segundo trimestre de 2018) arrojan un crecimiento del 0,6% respecto al trimestre anterior. Por otro lado, esta tasa de crecimiento es 1 décima menor que la del primer trimestre de 2018, que se situó en el 0,7%. En cuanto a variaciones interanuales, la variación del PIB en este último trimestre ha sido del 2,7%, 3 décimas menor que la del primer trimestre de 2018.
Echando la vista hacia atrás, las variaciones del PIB han sido positivas desde 2014, siendo negativas durante el periodo de crisis, entre 2009 y 2013.
La recuperación de la actividad económica se ve traducida en un efecto positivo en el empleo, tanto de creación como de situación legal. Según los últimos datos de la encuentra de población activa y de afiliaciones a la seguridad social, la brecha existente entre ambos datos, se ha estrechado en los últimos años, lo que muestra también que empleos o actividades que antes se realizaban en negro, ahora están disminuyendo.
Esta recuperación económica y del sector del empleo, se traduce indudablemente también en el incremento de los precios de los inmuebles e impulsa la creación de nuevos negocios inmobiliarios que puedan acoger el creciente mercado de oferta y demanda. Sólo en 2017 se abrieron 10.627 nuevas empresas en la rama de inmobiliarias, financieras y seguros, un 29,7% más que en el año anterior.
El incremento de los precios en el sector inmobiliario se ve traducido también en una creciente preocupación de los compradores en estar informados del estado en el que se encuentran los inmuebles que pretenden adquirir y los riesgos a los que pueden enfrentarse una vez realizada la operación de compra-venta.
Realizar una Due Diligence de manera previa a la adquisición de un inmueble es una gran herramienta que ayuda al interesado a conocer el estado del inmueble y sus riesgos asociados que pueden suponer una gran inversión para el comprador para poner a punto el inmueble. Normalmente se realiza posteriormente a la firma de la carta de intenciones entre el comprador y el vendedor, en el que se expresa la intención del comprador de adquirir el inmueble, y previamente a la compra definitiva del mismo.
En materia ambiental, un inmueble también puede tener deficiencias importantes, que pueden suponer un importante desembolso a la hora de su puesta a punto. Cabe destacar que el aspecto medio ambiental normalmente suele ser uno de los primeros “olvidados”, en periodos en los que las apreturas económicas son tangibles.
Los grandes inversores inmobiliarios habitualmente acuden a profesionales del sector que realizan un amplio estudio de costes-beneficios que cada uno de los activos pueden presentar. En base a los mismos, estos toman decisiones sobre las inversiones a realizar, o sobre los posibles ajustes de precio que pueden solicitar a los actuales propietarios por los posibles riesgos o deficiencias que puede presentar un inmueble.
Esta evaluación se lleva a cabo a través de la investigación o informes Due Diligence. Estos estudios permiten al inversor conocer los riesgos o carencias que tiene un inmueble determinado de forma previa a la firma del contrato de compra-venta.
Los informes Due Diligence no están recogidos en ningún texto normativo, ni son de obligado cumplimiento para el comprador. Sin embargo, sí se trata de una de las herramientas más efectivas, simples y económicas que puede realizar un gran inversor inmobiliario a la hora de ampliar su cartera de inmuebles de una manera económicamente fructuosa.
Desde hace tiempo se vienen realizando este tipo de informes, pero no ha sido hasta ahora, con la actual situación económica favorecedora para este tipo de transacciones, cuando la demanda de profesionales con conocimientos sobre la materia se ha visto incrementada.
En concreto, uno de los informes Due Diligence que destaca, es el Ambiental, en el que se evalúan aspectos tales como puntos y fuentes de riesgo ambiental que existen en un gran activo inmobiliario, normativa de aplicación en función de la situación, actividad de la instalación, aspectos que pueden suponer una limitación importante en los usos y actividades previstas, etc.
El perfil profesional de las personas que pueden realizar este tipo de evaluaciones, en concreto las Due Diligence Ambientales, parte de un profundo conocimiento en materia ambiental en general, así como de la normativa de aplicación, y de los puntos clave de un inmueble que pueden suponer deficiencias ambientales.
Gracias a la recuperación económica en general y a la inmobiliaria en particular, se abre por tanto una nueva oportunidad para los profesionales ambientales en el sector, que ven ampliadas sus capacidades laborales con la realización de este tipo de investigaciones.
Para formar a futuros profesionales en este campo, el Instituto Superior del Medio Ambiente ha desarrollado con Natalia González el curso Elaboración de informes Due Diligence ambiental para activos inmobiliarios.
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