Recientemente el periódico digital El País (España) público un artículo «La oleada de turistas que impidió anidar a las tortugas” (Artículo: http://goo.gl/UYZfQY ). La noticia exponía como una cantidad ingente de “excursionistas se aglomeraban en la playa de Ostional … para contemplar uno de los espectáculos más extraordinarios de la naturaleza: cientos de miles de tortugas oliváceas que salen lentamente del océano para poner sus huevos en la arena”.

La playa de Ostional,  situada en la costa pacífica de Costa Rica, es una de las dos zonas más importantes del mundo para la anidación de tortuga lora (Lepidochelys olivacea). Y, como era de esperar, “las tortugas no deseaban compañía. Espantadas por los miles de turistas que se concentraban a lo largo haciéndose selfis y sentando a los niños sobre los caparazones de las tortugas, los antiguos reptiles se dieron media vuelta sin más y regresaron al mar” sin concretar el proceso de anidación. Esta demás decir, el impacto negativo que ello supone.

Turistas en la arribada de tortugas en Ostional (Costa Rica) www.nacion.com

A todas luces esto ha sido un hecho lamentable y caótico, tal y como expresan los guías turísticos, guardaparques e investigadores. Razón, como indica Mauricio Méndez, director adjunto del Área de Conservación Tempisque,  están “replanteándonos  el  método de trabajo y el modo en que hacemos frente a este asunto”.

Pero, ciertamente el artículo debe llamarnos la atención sobre el modelo de turismo  y de su sostenibilidad en el sentido más amplio del concepto. Tanto en cuanto, cuando hablamos de turismo sostenible es algo más complejo que solo buscar, por ejemplo, la eficiencia energética y ambiental de un hotel o de un destino determinado sino también entender, analizar y conjugar la dinámica y funcionalidad de los espacios naturales con el uso público.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo sostenible “es aquel que pretende satisfacer las necesidades de los turistas así como los destinos turísticos, protegiendo e incrementando las oportunidades de futuro”.

Por ello, cabe aquí reflexionar en la responsabilidad individual de cada turista, en su actitud y comportamiento, cuando visita un destino de naturaleza y los procesos que ahí suceden.

Cada visitante debe ser consciente y sensible al lugar que visita, más allá de sus motivaciones y necesidades individuales, existen responsabilidades colectivas de garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales y culturales del destino que visita. Tanto en cuanto, el destino será disfrutado por el turista actual como una experiencia única e inolvidable, sino que permitirá su disfrute por parte de otros turistas en el futuro, pilar fundamental de la sostenibilidad del turismo.

Numerosos documentos y manuales de buenas prácticas en turismo sostenible y éticos de turismo responsable, coinciden en sugerir un conjunto de normas básicas de comportamiento cívico, sin conflicto y convivencia positiva del turista en destino.  Tales como, por ejemplo, “en un espacio natural procurar que la única huella que deje atrás sea la de su calzado. Si visitas ecosistemas sensibles, como arrecifes de coral o selvas, infórmate de cómo hacerlo para causar el menor impacto posible”, “Guarde silencio y disfrute del sonido de la naturaleza. El ruido perturba a la fauna” o “Respete y proteja todo aquello que hace de un destino un lugar único y diferente: desde su historia, su arquitectura y sus valores culturales, naturales y propios como: religión, gastronomía, música, arte, entre otros ”.  (Por ejemplo: Rainforest Alliance, 2015).

Entonces, cabe empezar a fomentar a que estas normas sean una realidad activa que mejore la actitud y compartimiento de los turistas en destino. Por ejemplo, en 2013, un estudiante chino provocó una protesta en Egipto después de escribir su nombre en la pared de un antiguo templo en Luxor. Esta situación, juntos a otras han desencadenado que el gobierno chino este haciendo un gran esfuerzo para convencer a sus ciudadanos a comportarse durante el viaje dentro y fuera del país; incluso el Gobierno chino ha anunciado que penalizará los comportamientos «incívicos» de los turistas chinos tanto dentro como fuera del país (20 minutos, 2015).

Pero así mismo, cuando el mal comportamiento social de un turista no es individual sino colectivo y realizado de forma sistemática puede llegar a terminar afectando a la calidad percibida y satisfacción experimentada en el destino. Ello tendría consecuencias nefastas en la imagen y reputación del lugar, sea desvirtuando sus valores, afectando a la demanda futura o perdiendo en competitividad, que en definitiva significa perder atractivo para el mercado (Acerenza, 2003).

Por ello, ha llegado el momento de actuar con acciones que promuevan actitudes y comportamientos positivos de los turistas antes, durante y después de haber vivido la experiencia vacacional. Sea mediante mensajes por redes sociales, portales de viajes, trípticos informativos en hoteles y/o en aviones, etc.  apelando a que cada turista debe tener una actitud responsable y consciente de los sitios que visita. Despertando su interés en comprender, aprender e identificar los valores naturales, culturales y sociales de cada lugar; y que su presencia debe ser siempre inofensiva y amigable. Tal como indica el gobierno de China “ser un turista civilizado es obligación de todo ciudadano«(20 minutos, 2015).

Gonzalo de la Fuente colabora con el Instituto Superior del Medio Ambiente como docente de los cursos: Turismo y desarrollo sostenibleEcoturismo: Diseño y comercialización de productos y Paisaje e intervención ambiental

BIBLIOGRAFÍA
20 Minutos (2015). El Gobierno chino anuncia que castigará los comportamientos incívicos de los turistas del país. 12/10/2015, del periódico 20 Minutos Sitio web: http://goo.gl/B8tHib
Rainforest Alliance (2015). Guide for Sustainable Tourism Best Practices. 13/10/2015, del Sitio web: http://goo.gl/TBapHL
Acerenza, M. (2003). Gestión de Marketing de destinos turísticos en el ambiente competitivo actual. Aportes y transferencias, 7(11):43-56. http://goo.gl/OjpCp0