En psicología se entiende la zona de confort como un estado de comportamiento en el cual la persona opera en una condición de «ansiedad neutral», utilizando una serie de comportamientos para conseguir un nivel constante de rendimiento sin sentido del riesgo. Qué bien y qué calentito se está en la zona de confort. ¿Quién querría salir de ella?
Inicio mi andadura en la Comunidad ISM reflexionando sobre el esfuerzo que conlleva salir de la zona de confort. Por muchos informes, estudios, análisis que uno haya escrito, enfrentarse con un blog no es ni mucho menos lo mismo. Y es aquí donde uno le toca salir de la zona de confort, de nuevo, si quiere experimentar lo que muchos de vosotros ya disfrutais escribiendo tantos y tan interesantes posts. De hecho, desde los inicios de mi carrera profesional, salir de la comodidad en la que uno se instala rápidamente ha sido una constante que, solo ahora y mirando hacia atrás con cierta perspectiva, es cuando me doy cuenta de lo importante que han sido esos saltos (a veces con empujoncitos) hacia donde a priori no parece que se vaya a estar muy a gusto.
Trabajar como consultor independiente durante unos años, ser profesor en cursos de muy diverso tipo, o salir de España a un país en el que no entiendes casi nada, han sido sin duda los impulsores de lo que como profesional soy ahora.
Es por eso que en esta nueva etapa que arranco como profesional independiente, después de haber pasado por un par de empresas de ingeniería y consultoría ambiental, la empiezo con una insólita alegría e ilusión. A lo largo de las pasadas experiencias, mi currículum ha logrado parecerse a lo que podríamos llamar un experto en Biodiversidad y Evaluación Ambiental, gracias a la oportunidad de trabajar con numerosas especies de fauna y flora y haber podido participar en el análisis ambiental del diseño, construcción y puesta en marcha de numerosas infraestructuras y actividades industriales.
Algo que sin duda aporta una parte importante de esa ilusión es el hecho de poder dedicarme a la formación en materia de Biodiversidad a través de la plataforma que brinda ISM. Y obsesionado como sigo con esa Diversidad Biológica no puedo evitar fijarme en los paralelismos que numerosas especies muestran con la nuestra, siempre empeñada en diferenciarse, pero realmente sin conseguirlo demasiado, cuando hablamos de zonas de confort. Al igual que en la naturaleza, solo aquellos individuos capaces de superar el paso a una situación de menor confort son los que sobreviven cuando los cambios aparecen (y siempre aparecen).
Visto así, será mejor enfundarse el traje de “estratega de la r” y enfrentarse con renovado espíritu a la libertad del trabajador independiente. Al fin y al cabo, lo mejor siempre ha venido con los cambios que uno no aprecia inicialmente.
Rodríguez Fernández-Mellado colabora con el Instituto Superior del Medio Ambiente como docente del curso Gestión y Conservación de Fauna
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