En la Reserva de Phundundu, en la zona baja del Río Zambeze, Zimbaue, la naturaleza está protegida por mujeres.
Debido a la caza de trofeo, una de las poblaciones más grandes de elefantes que existen en Zimbaue estaba siendo seriamente amenazada, viendo su población reducida en un 40% desde 2001. Para combatirlo, la Fundación Internacional contra la Caza Furtiva decidió crear un grupo de seguridad, educado y preparado para ser soldados a través del entrenamiento militar. Las Valientes.
Con el objetivo de empoderar a mujeres en situación de exclusión social e idear un programa contra la caza furtiva, la IAPH –siglas en inglés de la fundación- creó el proyecto Akashinga, formado por mujeres víctimas de violencia de género, situación de pobreza o madres solteras de poblaciones rurales.
Como explica la Fundación Internacional contra la Caza Furtiva en su página web, en África, el sector de la seguridad, suele estar reservados solo para los hombres, quienes ocupan mayoritariamente la primera línea. Las mujeres, pese a hacer la mayor parte de los trabajos del hogar, han sido marginadas y relegadas a un segundo plano.
En un contexto internacional de progreso y transformación del papel de la mujer, nació en 2017 un grupo de 32 mujeres cuya misión era limitar el acceso de cazadores furtivos a esta población de paquidermos.
La caza de trofeo
Las áreas para este tipo de caza abarcan actualmente una sexta parte de la superficie total de los países participantes. Sin embargo, debido a diferentes factores como la reducción de la población de algunas especies, la opinión pública o las restricciones a la hora de importar los “trofeos”, esta modalidad se ha convertido en una práctica reservada para una élite selecta.
Como consecuencia de la reducción de esta práctica, muchas de estas áreas y sus comunidades han dejado de recibir los beneficios generados por dicha actividad, por lo que su protección y conservación ha dejado de ser rentable.
A medida que los beneficios desaparecen de estas comunidades, la presión sobre las áreas protegidas aumenta.
La solución, por tanto, para seguir manteniendo la seguridad en estas reservas debe pasar por incluir a la comunidad y que los beneficios sean iguales, o superiores a los beneficios que se podrían conseguir con la caza de trofeo.
Las Valientes
Son mujeres abandonadas, mujeres cuyos maridos están en la cárcel, mujeres víctimas de maltratos. Son mujeres solteras, mujeres con hijos. Son mujeres con una nueva oportunidad. Mujeres.
Todas las participantes en el proyecto aprenden mediante el entrenamiento militar habilidades como el camuflaje, herramientas para el combate o liderazgo entre otras técnicas imprescindibles para enfrentarse a los peligros que les pueden acechar.
A este equipo se les exige lo mismo que a uno masculino y están expuestas a las mismas amenazas que otros grupos de seguridad. Pero ellas no solo pelean contra la caza furtiva, también lo hacen contra los prejuicios.
Además de empoderar a este grupo de mujeres, se han asegurado de que Akashinga sea un modelo alternativo a la caza a largo plazo y no simplemente una medida temporal.
Y se ha demostrado que este sistema es posible y efectivo. No solo es una inversión para el mantenimiento y conservación de la fauna de estas áreas, sino que también supone una inversión en la mejora de la vida de la comunidad- las mujeres trabajadoras en África invierten en su familia tres veces más que los hombres- la reducción de la pobreza, inversión en educación, disminución de la violencia de género y una mejora en la planificación familiar.
Actualmente, el programa tiene intención de llegar a las 1.000 mujeres para proteger una red de 20 antiguas zonas de caza para el año 2025.
Cambiar lo establecido
Feminismo y ecologismo han sido, quizás, los movimientos con más protagonismo en los últimos años. Las multitudinarias manifestaciones del día 8 de marzo y las últimas Marchas por el Clima asó lo demuestran.
Ambos han sido movimientos sociales que han conseguido congregar a aquellos que buscaban cambiar lo establecido. Alzar la voz para ser escuchados.
El programa Akashinga o el programa de Las mujeres Valientes, es un ejemplo perfecto e inspirador de que las cosas sí pueden cambiar, como ya lo hicieron Las Mambas Negras enfrentándose a la caza furtiva en Sudáfrica.
Al fin y al cabo, son mujeres que han salido de situaciones difíciles como la violencia machista o la pobreza para convertirse en mujeres con independencia económica, con un objetivo claro y a quienes las cifras acompañan, pues han conseguido reducir la caza ilegal en un 80% en su zona de actuación.
Proteger los Espacios Naturales es esencial por diversos motivos: la conservación de la fauna y la flora autóctona, su gran riqueza cultural e histórica y en gran medida, la oportunidad de involucrar en labores de conservación a actores que tradicionalmente han participado en su mantenimiento. En el curso de Especialista en Protección y Gestión de Espacios Naturales del ISM, incorpora a la gestión de espacios naturales protegidos variables imprescindibles de aspectos relacionados con la Custodia del Territorio y la Gestión de la Fauna con el objetivo de formar perfiles preparados para hacer frente a los retos que este sector afronta.
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