Hace unas semanas tuve la ocasión de impartir una charla de 5 minutos sobre el impacto de las botellas de plástico y cómo reducirlo con un gesto sencillo: beber agua del grifo.
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Muchas de las organizaciones que he visitado a lo largo de mi vida profesional ofrecen (bien mediante máquinas, bien en los comedores de empresa), agua embotellada a sus empleados, a pesar de estar conectadas a la red de agua potable en lugares con excelente calidad de agua de grifo.
Incluso en algunas de estas empresas los empleados reutilizan este tipo de envases para contener sustancias peligrosas sin sustituir el etiquetado para evitar el riesgo que puede llegar a suponer tener una botella de agua rellenada con líquido de frenos, aceites de corte u otras sustancias. ¿Nunca han abierto la nevera de un taller y han encontrado allí una botella de plástico llena de un líquido de llamativo color verde?
Son muchas las formas en las que la gestión de una organización puede influir en su entorno, así como en el impacto que causan sus trabajadores. En empresas como los hoteles no sólo pueden influir sobre la sostenibilidad de los hábitos de consumo de su personal: una buena información a los clientes puede ahorrar la fabricación de un buen número de envases y los costes de su gestión.
Por supuesto, en muchas actividades económicas el impacto de los envases de plástico generados por los trabajadores en su horario laboral no es un impacto ambiental significativo. Pero es una actuación fácil de acometer en el contexto de la responsabilidad social corporativa y las inversiones se recuperarían a muy corto plazo.
¿Se imaginan a los hijos de todos los empleados paseando por el parque y en sus centros escolares una botella reutilizable marcada con el logotipo de la empresa? ¿O a todos los empleados luciendo en el gimnasio el logotipo de la empresa? El coste es muy bajo y el retorno puede ser importante. ¿Qué me dicen de las ruedas de prensa? ¿Poner en primer plano la marca de la empresa impresa en una jarra de vidrio?
Hay mil formas de que un gesto tan potente como evitar las botellas de plástico de un solo uso se convierta en una brillante actuación de responsabilidad social corporativa. ¿Qué tal si en una cadena hotelera sustituimos las botellas de plástico “de cortesía” por una de acero reutilizable y una pegatina en el lavabo, quizá de la compañía distribuidora de agua, informando sobre la calidad del agua? ¿Se imaginan a los clientes del hotel luciendo la marca en los lugares turísticos más concurridos, sus reuniones de empresa o los congresos a los que asistan?
¿Dejaría de ingresar el restaurante que incluyese en su carta la opción de agua del grifo? ¿Qué pasaría si le pusiese un precio simbólico destinando la recaudación por jarras de agua a una causa social o ambienta?
Conocer la calidad del agua de nuestro grifo en España es fácil, basta acudir al Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo Humano. Quizá en algunas zonas sea necesario someter el agua a filtración u otro tratamiento que mejore las características organolépticas del agua. Tal vez para reducir la dureza que, sin perjudicar la potabilidad del agua, causa tanto rechazo. ¿Es una inversión excesiva para una empresa? ¿Cuántas botellas de agua pagan unas jarras especiales y sus filtros?
Creo que, aparte de otras actuaciones vistosas, es interesante incorporar gestos relacionados con el consumo responsable dirigidos a los trabajadores de las organizaciones, sobre todo aquellos que pueden reproducir en su hogar y trasladar a su entorno cercano.
Y tú ¿dejarías de utilizar botellas de plástico en tu lugar de trabajo si la empresa ofreciese alternativas?
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