Una investigación diseña estrategias de adaptación al cambio climático combinando el enfoque tradicional con un sistema colaborativo, en la cual ha tomado como referencia la cuenca del Júcar.
La doctora Patricia Marcos, ganadora de la Catedra Aquae 2020, ha desarrollado una «novedosa» metodología para diseñar estrategias de adaptación al cambio climático, que combinan el enfoque tradicional con un sistema colaborativo, en la cual ha tomado como referencia la cuenca del Júcar, –que se extiende por las provincias de Albacete, Alicante, Castellón, Cuenca, Valencia– a la que se podría reducir una media de 60 hm3 el déficit anual de esta cuenca, según informa Fundación Aquae.
Para lograr esto, Patricia Marcos ha recalcado que es necesaria la participación de los principales actores (agricultores y municipios) en el sistema, que sean capaces de identificar vulnerabilidades y definir escenarios socioeconómicos a escala local y opciones de adaptación para crear modelos hidroe-conómicos que tengan en cuenta las peculiaridades a escala local de cada cuenca.
Según señala el estudio, recogido por Fundación Aquae, los recursos de la cuenca del Júcar podrían «mermarse» a corto plazo, en torno a un 20% respecto al periodo 1940-2008, y entre un 29% y un 36% a medio plazo.
La política de trasvases la menos aceptada
La investigación, que ha sido desarrollada durante los últimos cuatro años, y en la que han participado los agricultores de las principales zonas de la cuenca, representantes de los usuarios del agua y de la administración, pone de manifiesto que para ellos la política de trasvases es la menos aceptada (3,5 puntos sobre una valoración de 10) como solución ante la falta de agua.
Sin embargo, opciones como la modernización de los regadíos (7,3 sobre 10), la gobernanza del agua (revisiones de concesiones) con 6,7 puntos, el aumento de los recursos no convencionales como la reutilización (6) o la desalinización (5,3 puntos sobre 10) son considerar como las opciones correctas para resolver la escasez.
«La incertidumbre sobre la disponibilidad futura del recurso agua hace necesario adoptar un cambio de paradigma que priorice el análisis de la robustez y resiliencia del sistema frente a diversos escenarios climáticos, en lugar de centrarse en la cuantificación precisa del porcentaje de reducción de los recursos hídricos futuros», ha explicado Patricia Marcos.
Por último, Fundación Aquae señala que esta nueva metodología de definición de un modelo hidro-económico permite integrar múltiples aspectos inherentes al sistema de recursos hídricos (variables económicas, características de las infraestructuras, restricciones operativas, etc), a partir de la cual es posible identificar un programa de medidas de adaptación de coste-efectivo y aceptable desde un punto de vista social.
Fuente: EcoAvant
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