Un modelo matemático desarrollado por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) permite prever el impacto del cambio climático sobre la hidrología de la cuenca y la carga sedimentaria de los ríos y determinar la vida útil de los embalses en función de la evolución del clima.
Los investigadores lo han aplicado a la cuenca del río Ésera y el embalse de Barasona (Pirineo Central), en un estudio conjunto con la Universitat de Lleida que concluye que la vida útil del embalse para los escenarios climáticos analizados oscila entre los 100 y los 163 años, según han informado a Efe fuentes de la UPV.
La herramienta es una nueva aplicación de TETIS, modelo desarrollado por el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la UPV, de referencia en el ámbito de la investigación hidrológica.
La aplicación ya se ha implementado en cuencas de todo tamaño, desde menores a un kilómetro cuadrado (en trabajos de investigación en diversas cuencas experimentales) hasta los 98.500 kilómetros cuadrados del río Ródano en Francia.
Ahora, los investigadores han aplicado TETIS en la cuenca del río Ésera y al embalse de Barasona, en un estudio en el que la Universitat de Lleida ha suministrado datos de sedimento en suspensión de alta resolución temporal obtenidos durante los últimos diez años.
Sus conclusiones han sido publicadas en el Journal of Soils and Sediments, dentro del volumen especial ‘Analysis and modelling of sediment transfer in Mediterranean river basins’.
Conocer el futuro
Según Félix Francés, director del IIAMA, existen diversos estudios que aseguran que en el Mediterráneo Occidental habrá una disminución general de la precipitación y escorrentía medias, pero sólo unos pocos artículos han analizado el impacto del cambio climático en el ciclo de sedimentos en las cuencas mediterráneas.
El objetivo de los investigadores es conocer la evolución de los caudales y los sedimentos y responder si en los escenarios de cambio climático futuro la vida útil de los embalses será mayor o menor que con el clima actual, es decir, si se aterrarán o no más rápido.
Para analizar los efectos del cambio climático, los investigadores se basaron en las predicciones de precipitación y temperatura del proyecto PRUDENCE para los escenarios climáticos actual y futuro, y en este último caso han trabajado con dos hipótesis de emisiones de dióxido de carbono, uno más pesimista con un crecimiento económico fragmentado y otro más optimista con soluciones locales a la sostenibilidad.
El modelo TETIS ha sido utilizado para obtener series de precipitación y temperatura promedio en la cuenca, caudal líquido y sólido vertiente al embalse de Barasona, humedad del suelo promedio en la cuenca y altura equivalente del manto de nieve promedio en la cuenca para cada uno de los tres escenarios climáticos: clima actual y los dos escenarios de clima futuro.
Los resultados de las simulaciones concluyen que las aportaciones de caudal tenderán a disminuir en el futuro, como consecuencia directa de la disminución de la precipitación, una mayor evapotranspiración potencial y una menor humedad del suelo en la cuenca.
También indican que las crecidas tienden a disminuir debido a la fuerte disminución en la humedad del suelo, y para ambos escenarios se deriva una disminución de los recursos hídricos del 40 y 35 %.
El transporte de sedimentos tiende a disminuir en el primer caso y a aumentar muy ligeramente en el segundo, según el estudio, que se enmarca dentro del proyecto Consolider SCARCE y del Plan Nacional ECOTETIS.
Fuente: EFE
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