El libro «State of the World 2013: Is Sustainability Still Possible?«, que salió a la venta hoy con un precio de 22 dólares, redefine la idea de desarrollo sostenible, plantea formas de medirlo y alcanzarlo y concluye con una proyección de qué ocurrirá si finalmente no se consigue.
«Sostenibilidad implica no tener que decir nunca lo siento al futuro», aseguró el presidente de Worldwatch Institute, Robert Engelman, uno de los autores de la obra en un evento celebrado hoy en Washington.
«¿Vamos a tener un futuro digno? Tenemos que empezar a ser honestos al respecto. Estamos especulando con el futuro con la premisa de que podemos tener una prosperidad rápida ahora», indicó Engelman quien calificó la situación actual de «burbuja de lo sostenible».
«Todo es sostenible, coches, negocios, Olimpiadas, ciudades, ropa, diseños», se quejó Engelman que consideró que este abuso había pasado de ser «preocupante» a «descorazonador».
En el documento se manifestó que la generalización del uso del concepto «sostenible» había restado esencia al mismo para convertirlo en una etiqueta para productos y proyectos cuyo mérito es ser un poco «menos malos» para el medioambiente que las «alternativas convencionales».
Los autores del libro insisten en aplicar de forma más crítica el término «sostenible» y alientan a la sociedad a dejar de vivir en la «negación» de que el actual ritmo y estilo de desarrollo movido por el consumismo no traerá consecuencias.
«No se puede negar que los problemas están en camino», comentó Tom Prugh, codirector del proyecto en el que se considera indispensable que los partidarios de una transformación en el modelo de desarrollo den un paso al frente y se conviertan en un movimiento social como fue el de la lucha por los derechos civiles en EE.UU.
«Es necesaria una segunda revolución democrática», manifestó Erik Assadourian, también codirector.
«State of the World 2013: Is Sustainability Still Possible?» apuesta por «deslegitimar» los combustibles fósiles como recursos energéticos, apuesta por redes eléctricas más eficientes y las energías renovables, pide la protección de la biodiversidad y mayor educación sobre qué se come al considerar que el «sistema global alimentario está roto».
Como paradigma de que otro modelo de sociedad es posible, Prugh comparó EEUU y Cuba para destacar cómo el país caribeño tenía una esperanza de vida similar a la norteamericana y un índice de mortalidad infantil inferior, a pesar de contar con menor desarrollo económico y carecer de la cultura del consumo de EEUU.
El libro vaticina que si nada cambia de forma drástica será inevitable que aumente el número de «emigrantes y refugiados» que huyen de conflictos. A largo plazo se cuestiona la supervivencia de la civilización.
«La vida sobre el planeta continuará, pero la sociedad humana podría quedar duramente dañada. Lo que queremos evitar es la extinción», dijo el autor de ciencia ficción Kim Stanley Robinson, quien participó igualmente en la redacción de la obra.
Fuente: http://www.efeverde.com
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