Desde 2004 la ley exige, como instrumento de conservación, un inventario nacional de estos hábitats que desaparecieron al 60% en la segunda mitad del siglo XX: «Es prioritario», admite el Gobierno, pero solo ocho comunidades han remitido la información.
Este miércoles 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales. Se espera un aluvión de alabanzas para espacios como las marismas de Doñana o L’Albufera de València. Sin embargo, España perdió hasta el 60% de estos hábitats en la última mitad del siglo XX. En 2022, el Gobierno ha urgido a las comunidades autónomas para culminar el inventario nacional de zonas húmedas, estancado aún a la mitad a pesar de ser un mandato legal para la preservación de los ecosistemas más amenazados del mundo. Acabarlo «es prioritario», admite.
«La rápida regresión que durante el siglo XX han sufrido los humedales de todo el mundo, en extensión y calidad ambiental, ha ocurrido también en España», reconocía en 2000 el Gobierno en su plan para la conservación y uso racional de los humedales, que ya ha caducado. Ahora, el catálogo de presiones que deterioran los humedales se mantiene bastante amplio: la Sociedad Española de Ornitología enumera entre ellas la mala calidad y poca cantidad del agua que tienen, la colmatación, la invasión del dominio público, los dragados, la salinización, la invasión agraria o las especies invasoras.
En 2004, un decreto reguló este inventario nacional de zonas húmedas diseñado como un «instrumento al servicio de la conservación” de estos ecosistemas, según analiza el último Informe sobre el Estado del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad en España del Ejecutivo. «Tiene un desarrollo mejorable”, expresan en el Ministerio de Transición Ecológica, responsable de la coordinación.
La cuestión es que, desde 2004 hasta 2019, solo ocho comunidades autónomas han remitido cuáles son los humedales que incorporan al listado nacional decretado por ley desde hace 18 años. Han cumplido Andalucía, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, La Rioja, País Vasco, Principado de Asturias y la Región de Murcia. Suman 734 diferentes ubicaciones y 231.000 hectáreas. El 27% de lo listado está en buen estado, otro 27% está alterado o muy alterado.
«La gestión es competencia autonómica”
Y no es es que las comunidades ausentes no tengan humedales o no los tengan controlados. Catalunya, por ejemplo, dispone de al menos 332 fichas de zonas húmedas. Galicia, por su parte, ha elaborado un inventario propio con más de 1.000 lugares y destaca que alberga cinco humedales de importancia internacional reconocidos por la Convención Ramsar. Extremadura suma 348, Aragón incluyó 238 espacios en su lista de humedales singulares. Navarra también ha creado un inventario propio con 23 espacios, Castilla y León desarrolló un mapa de zonas húmedas catalogadas. Los archipiélagos de Baleares y Canarias también albergan esta variedad de ecosistemas.
El Ministerio de Transición Ecológica señala que «la gestión [de los humedales] es competencia autonómica», de ahí que el inventario nacional dependa de los registros y la voluntad de la comunidades. Pero, al mismo tiempo, indica que «su conservación pasa por que sean considerados de manera explícita y efectiva en la planificación hidrológica y agraria». El Ministerio explica que pretende «recuperar 20.000 hectáreas para 2030».
Dicho en otras palabras, los humedales están incrustados en las cuencas hidrográficas, interconectados con los ríos y acuíferos de los que viven. Debido a esta conexión, el delta del Ebro está desapareciendo comido por un mar Mediterráneo cada vez más alto ya que no recibe sedimentos atrapados en los embalses del río.
Y la mayoría de las cuencas hidrográficas rebasan los límites autonómicos. De las 16 demarcaciones españolas, 10 abarcan varias comunidades, como las de los ríos Guadalquivir, Tajo, Guadiana, Segura, Ebro o Júcar.
La relación con la planificación agraria viene constatada por el deterioro grave que presenta un humedal costero como el Mar Menor, donde los vertidos de desechos de la agricultura intensiva y la ganadería porcina industrial han llevado al espacio al colapso ecológico.
El reciente proyecto del PP andaluz de aumentar las hectáreas de regadío alrededor de Doñana –cuyo acuífero está declarado como sobreexplotado– refuerza esta vinculación. Doñana, el Mar Menor o el delta del Ebro son pilares de un tipo de ecosistema denominado lagunas costeras, que la Sociedad Española de Ornitología ha solicitado que sea declarado «hábitat en peligro de extinción». La ley también prevé la creación de un registro de estos biotopos en mal estado para intentar salvarlos. «No se ha instrumentado como tal», reconoce el Ejecutivo.
Otro ejemplo claro es la situación crítica que atraviesa el parque nacional de las Tablas de Daimiel. El humedal depende del acuífero esquilmado que gestiona la Confederación del Guadiana. La sobrexplotación del agua subterránea para alimentar los campos de regadío ha dejado a esta llanura de inundación en su mínima expresión. Y dependiente de transfusiones de agua para mantener un mínimo de extensión húmeda.
Si los más protegidos están mal…
Además del listado general, España destaca por ser el tercer país del mundo con más humedales catalogados como de relevancia internacional. Los llamados Ramsar –por el convenio que los consagró en esta ciudad iraní en 1971–. Más de la mitad de los 75 espacios incluidos en esta convención presentan un estado de conservación pobre o muy pobre, según SEO. La organización internacional Bird-Life elaboró a finales de 2020 un catálogo de 227 Áreas de Importancia para las Aves y la Biodiversidad (IBA) en peligro distribuidas en 48 países. Seis humedales Ramsar españoles están incluidos, como las marismas del Guadalquivir, L’ Albufera valenciana o la albufera y albufereta de Mallorca y Pollença en Baleares.
Doñana, Daimiel o Mar Menor son nombres muy reconocidos y zonas icónicas, pero «a la vista de la degradación de estos tres humedales –dos de ellos son parque nacional– es fácil deducir el estado general del resto con una menor figura de protección, si es que la tienen”, reflexiona Carol Martín, encargada de biodiversidad en Ecologistas en Acción. Esta bióloga remata diciendo que «casi todos los humedales españoles están ya amenazados, especialmente en la zona sur peninsular”.
Fuente: Eldiario.es
Deja tu comentario