Un estudio realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha resaltado la importancia de las canteras renaturalizadas para alojar grandes poblaciones de anfibios en áreas donde los cuerpos de agua naturales son escasos. En esta investigación, se analizaron dos especies amenazadas por la fragmentación de sus hábitats en el sureste de la Comunidad de Madrid: el gallipato (Pleurodeles waltl) y el sapillo moteado común (Pelodytes punctatus). Los resultados muestran que las charcas temporales en canteras renaturalizadas son hábitats de gran valor ecológico para los anfibios, capaces de sustentar grandes poblaciones y facilitar la conectividad con otros núcleos reproductores cercanos.
Las canteras renaturalizadas son capaces de albergar grandes poblaciones y favorecen su conectividad
«El sapillo moteado común está catalogado como Vulnerable en la Comunidad de Madrid, mientras que el gallipato es muy raro en el sureste de la región, con solo cinco poblaciones localizadas en los últimos 20 años, tres de ellas en el área de estudio«, afirma Fernando Gómez Ramírez, investigador del MNCN. «Para este trabajo, se monitorearon poblaciones de ambas especies en una cantera en Morata de Tajuña mediante la identificación fotográfica de cientos de individuos. También examinamos otros puntos de agua en los municipios de Arganda del Rey y Perales de Tajuña para catalogar todos los núcleos reproductores de ambas especies en la zona«, aclara el investigador.
La protección de estos hábitats es fundamental para asegurar la conservación de los anfibios, un grupo muy amenazado
Los resultados, publicados en la revista Basic & Applied Herpetology y obtenidos durante las temporadas de reproducción de 2020 y 2021, revelan una estimación poblacional de aproximadamente 300 individuos adultos de gallipato y cerca de 800 sapillos moteados. Además, se documentaron desplazamientos de machos y hembras de gallipato entre charcas temporales, con distancias acumuladas de hasta 1.800 metros. Esta información es clave para evaluar la capacidad de la especie de mantener el flujo de individuos y genes entre diferentes núcleos de reproducción.
«Estos datos indican que las canteras no solo son importantes por la riqueza de especies que albergan o su abundancia, sino que también pueden representar núcleos de dispersión cruciales que ayudan a conectar poblaciones a nivel regional, lo cual es esencial para su supervivencia a largo plazo«, explica Gregorio Sánchez-Montes, investigador del MNCN.
«La dependencia de ambas especies de estos hábitats semiartificiales nos da una idea de su delicada situación, pero también representa una buena oportunidad para su conservación«, señala Carlos Caballero-Díaz, investigador de la UAM. «Es fundamental, por tanto, gestionar estos hábitats una vez que se abandona su explotación, de modo que el proceso de renaturalización facilite la instalación y persistencia a largo plazo de poblaciones de anfibios locales, así como de la biodiversidad asociada. Es una forma de favorecer que la naturaleza recupere zonas intensamente alteradas, transformándolas en enclaves de gran valor ecológico y alta biodiversidad que es necesario conocer, apreciar y proteger«, concluye Íñigo Martínez Solano, investigador del MNCN.
Fuente: MNCN
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