La empresa Fertiberia cumplió el plazo marcado y entregó el proyecto de recuperación de las balsas de fosfoyeso de las marismas del Tinto, en Huelva, un documento que marca las directrices a seguir en la restauración de la zona durante los próximos años. No obstante, eso no significa que el proceso de regeneración vaya a iniciarse en breve, ya que el documento tendrá que recibir el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y la Consejería de Medio Ambiente y posteriormente la empresa tendrá que desarrollar un proyecto de ejecución definitivo, cuya elaboración necesitará de unos meses más.
Fertiberia concluyó sus vertidos por orden judicial el 31 de diciembre de 2010, tras 43 años de vertidos de productos tóxicos y radiactivos a la marisma de Huelva procedentes del óxido de uranio contenido en la roca fosfórica usada en la elaboración de fertilizantes .
El documento entregado ayer es por lo tanto un paso más hacia la recuperación para la ciudad de Huelva de más de 1.000 hectáreas de terreno, pero no el último. El primero fue la elaboración por parte de la empresa Tragsatec (por encargo del Ministerio) de un estudio que marcaba las pautas a seguir en el proceso de restauración de las balsas, después analizado y puntualizado por un comité de expertos. A partir de ahí, la propia Tragsatec (contratada por Fertiberia) ha redactado un Proyecto director para la recuperación de las balsas de fosfoyeso en las marismas de Huelva, que fue entregado ayer tanto en Madrid como en Sevilla, cumpliendo el plazo fijado después de que hubiese pedido una ampliación del mismo para la redacción del proyecto.
En éste se recoge el proceso a seguir por Fertiberia para restaurar las 720 hectáreas de terreno que ocupan las balsas 2 (actualmente activa) y 3 (ya inactiva), las dos que ocupan las Marismas del Rincón; el depósito inicial de Marismas del Pinar y el de Marismas de Mendaña (zonas 1 y 4) ya fueron restaurados hace años y en ese proceso de recuperación se depositaron por error las cenizas radiactivas de Acerinox en las marismas de Mendaña. Este documento será analizado por la administración medioambiental para recibir su visto bueno, «con objeto de que contemple las debidas garantías en cuanto a las afecciones ambientales y la restauración de los espacios degradados», explicó ayer el Ministerio en un comunicado. Después tendrá que ser complementado con el que debería de ser el último proyecto sobre la regeneración de las balsas, el de ejecución.
Por tanto, se abre un nuevo interrogante sobre la fecha de inicio de los trabajos en las balsas. El Ministerio de Medio Ambiente había dado 2011 como año de inicio de los trabajos, pero fuentes de la empresa aseguran que el nuevo plan tardará algunos meses en redactarse.
Otra de las condiciones puestas por el Ministerio a la compañía era la entrega de un aval de 21,9 millones de euros sobre la restauración, sobre el que este departamento aseguraba ayer que exigirá que el aval «que Fertiberia ha anunciado que presenta este jueves, contenga unas garantías que sean ejecutables en cualquier momento por las entidades financieras que respalden a Fertiberia, ante un posible incumplimiento por parte de la empresa».
El plan de restauración
El plan presentado por Fertiberia plantea la colocación de un agente neutralizante tipo caliza encima de los aproximadamente 40 millones de toneladas de fosfoyesos que se apilan en las marismas, sobre la que se situaría una capa de grava de distintas granulometrías.
Esta capa de grava evitaría que se produjeran filtraciones por la acumulación de agua de lluvia y que los elementos contaminantes, presentes en los fosfoyesos, ascendieran hasta la capa vegetal que cerraría la regeneración.
El proyecto de Fertiberia contempla, además, la colocación de tierra vegetal mezclada con materia orgánica y fertilizantes, en la que se sembraría vegetación propia de la zona de marismas en la que están las balsas.
Según las fuentes consultadas, este proyecto implica una revegetación«más perfecta» que la planteada en un principio por Tragsatec y por la comisión de expertos creada al efecto por la Junta de Andalucía, por lo que el coste de la regeneración será «muy superior» al fijado en su día de 21,9 millones de euros.
El proyecto de revegetación es el que habitualmente se usa en los países industrializados para regenerar terrenos degradados por los fosfoyesos, un subproducto que los países en vías de desarrollo arrojan directamente al mar o a los estuarios de los ríos.
Entre las conclusiones del estudio presentado por Tragsatec, el Gobierno detalló que Fertiberia debe hacer un tratamiento ‘in situ’ de los fosfoyesos que contemple una evaluación de la dinámica geomorfológica de la zona. Además, la solución que debe aportar Fertiberia «debe incluir no sólo la depuración de la superficie, sino la eliminación de todo elemento contaminante que esté en el agua de las balsas», según añade el Gobierno.
El Ayuntamiento de Huelva ya ha mostrado su rechazo frontal a este proyecto de soterramiento auspiciado por el Gobierno y la Junta de Andalucía y que ha presentado Fertiberia, al entenderlo claramente insuficiente.
Por el momento, la prohibición no provocará el cierre de Fertiberia, ya que esta empresa se adelantó al problema y negoció la compra externa de ácido fosfórico, cuya producción en Huelva es la que genera los fosfoyesos.
Fuente: www.diariodesevilla.es y www.elmundo.es
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