Tras el cambio de la etiqueta energética de lavadoras, lava-secadoras, lavavajillas, frigoríficos, vinotecas, monitores y televisiones que se llevó a cabo el 1 de marzo de este año, les toca ahora el turno a las fuentes de iluminación. De este modo, desde el 1 de septiembre, empiezan a utilizarse las nuevas etiquetas energéticas de lámparas y bombillas con las que se simplifican las categorías de eficiencia energética, mejorando así la información al consumidor, ayudándoles a elegir productos más eficientes.
La etiqueta energética de la UE ha ayudado a las personas consumidoras en la búsqueda y selección de productos de eficiencia energética durante más de 25 años, lo que ha contribuido a reducir el consumo energético y los costes de utilización de los electrodomésticos.
Sin embargo, la escala del etiquetado que se venía utilizando hasta ahora y que comprende las categorías de A+++ a G, se ha vuelto menos eficaz ya que, al involucrar categorías con muchos “+”, la escala ya no es tan transparente y, además, la mayoría de los productos en el mercado ya está en las 2 o 3 clases más altas, lo que dificulta distinguir los productos más eficientes. Por estos motivos, la Unión Europea ha revisado y optimizado la etiqueta energética según las necesidades del consumidor.
Las nuevas etiquetas energéticas contarán con una escala común de A a G para todos los productos reescalados, por lo que las categorías de A+++, A++ y A+ ya no serán utilizadas. Asimismo, la etiqueta se vinculará a la base de productos de la UE (EPREL) mediante un código QR. Esta base de datos proporciona información adicional sobre todos los productos etiquetados. Además, los niveles de las clases serán actualizadas periódicamente.
El 1 de marzo de este año, se implementaron las nuevas etiquetas en tiendas físicas y online para los siguientes 6 grupos de productos:
- Refrigeradores y congeladores domésticos
- Refrigeradores para el almacenaje de vino
- Lavadoras
- Lavadoras-secadoras
- Lavavajillas
- Televisores y pantallas electrónicas
A partir del 1 de septiembre, se implementa la nueva etiqueta para las fuentes de luz.
Para otros grupos de productos como aires acondicionados, secadoras, estufas, calderas, etc., las nuevas etiquetas serán reemplazadas una vez que entren en vigor los reglamentos nuevos o revisados de la UE. La introducción de la etiqueta para estos grupos de productos se espera que se realice a partir de 2022.
¿Se ahorra mucho optando por productos más eficientes?
La iluminación supone alrededor de un 12% del consumo eléctrico de una casa, por lo que la OCU ha hecho una estimación de lo que gastaría en iluminación una vivienda de 90 m2 a lo largo de 10 años con diferentes tecnologías: «Los resultados son claros: siempre compensa comprar las bombillas más eficientes».
Por un lado, las lámparas LED son mucho más ahorradoras que las halógenas o las de bajo consumo y, además, cuanto más cercana a la A, mejor. Así, lo más recomendable es comprar las que estén disponibles con la mejor etiqueta.
«Para que te hagas una idea, si 100 hogares hiciesen el cambio de bombillas halógenas a LED de clase A, se evitarían la emisión de unas 6,1 toneladas de CO2, aproximadamente lo que se emite al hacer unos 45.000 km en un coche medio», concretan.
Fuente: Junta Extremadura
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