El área de Medio Ambiente de Melilla espera que sus pretensiones sirvan para proteger el entorno de las islas y para incrementar la vida universitaria y científica de Melilla.
El Gobierno melillense pretende desempolvar durante el recién comenzado mandato una vieja pretensión que nunca ha terminado de fraguar; la de convertir las Islas Chafarinas en un Parque Nacional gestionado por la Ciudad Autónoma.
Así lo confirmó el viceconsejero de Medio Ambiente del Ejecutivo autonómico, Guillermo Merino, al tiempo que aseguró que es una de las principales pretensiones de Melilla para los próximos cuatro años.
De este modo, el viceconsejero destacó que la demanda de la Ciudad Autónoma fue incluida en el programa de Gobierno de mandatos anteriores, cosa que no ha ocurrido en este por ser “una idea consabida y transmitida en innumerables ocasiones a la Administración del Estado”, que en principio siempre ha visto la iniciativa del Ejecutivo local con buenos ojos.
Así, Merino consideró que fue “un fallo” que las Chafarinas no quedaran ligadas a Melilla con la aprobación del Estatuto de Autonomía, aunque opinó que “es un error que aún se puede subsanar”. En este sentido, consideró que la gestión por parte del Ministerio de Defensa no es la más adecuada para dicha zona, en el sentido de su valor ecológico es “incalculable” y se hacen necesarias fórmulas que sirvan para proteger adecuadamente el entorno natural del archipiélago.
No obstante, reconoció que la idea del Gobierno melillense es ambiciosa y complicada de fraguar, aunque en la otra cara de la moneda recalcó que la Consejería de Medio Ambiente tiene ya realizado un principio de proyecto para que la zona pudiera convertirse en Parque Nacional bajo la gestión de la Ciudad Autónoma. Además, insistió en que en años pasados el Ministerio no se opuso a esta iniciativa, que finalmente ha quedado en punto muerto.
A grandes rasgos, lo que el Ejecutivo local pretende es crear un espacio bajo un régimen jurídico similar al archipiélago de Cabrera, Parque Nacional dependiente de las Islas Baleares. “Es necesario realzar el valor de las Chafarinas y que se produzca una inversión importante del Estado para proteger su ecosistema. Durante los últimos años, la falta de cuidados ha provocado que especies como la Gaviota Roja hayan tenido que migrar por la falta de alimento”, añadió el viceconsejero.
Al hilo de sus palabras, subrayó que su declaración como Parque Nacional (actualmente su estatus es de Refugio de Caza) también permitiría que la zona fuera accesible para un número limitado de visitantes, cuya llegada estaría controlada por ambas administraciones.
“No estamos hablando de turismo verde”, matizó Merino, “sino de hacer accesible al público el archipiélago con fines científicos, sociales, educativos y de investigación”, agregó. Y es que el viceconsejero también consideró que de lograrse este objetivo, Melilla podría ampliar también su atractivo como ciudad universitaria. “Incluso podrían implantarse nuevas ofertas de estudio, como Ciencias del Mar o Ecología Marina”, abundó.
En resumen, Merino afirmó que la pretensión de la Ciudad Autónoma conllevaría beneficios a todos los niveles, tanto en el medioambiental como en el económico, pues supondría un espaldarazo para muchos de sectores de la ciudad, comenzando por el de la investigación universitaria.
Riqueza medioambiental
La Islas Chafarinas fueron designadas como Refugio Nacional de Caza en 1982 por Real Decreto ser catalogada más tarde como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), en concreto en 1989. Desde julio de 2006 es también Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de la Red Natura 2000
Algunas de las especies de aves de mayor importancia de las que habitan en el archipiélago son la pardela cenicienta y la gaviota de Audouin, de la cual ha descendido bastante el número de ejemplares a causa de la falta de alimento, según Merino. También se pueden encontrar águilas pescadoras, ave de rapiña que habita tanto en agua dulce como agua salada, presente en la mayoría de las islas españolas.
No obstante, no todo son aves en las Chafarinas, ya que también hay especies marinas de interés, entre las que destacan la barracuda, la serviola, la medusa pelagia, y peces del género diplodus.
Además, las islas también mantenían la última población española de focas monje, en peligro crítico de extinción. Entre los reptiles de estas islas cabe mencionar el eslizón de Chafarinas.
En vista de la riqueza natural de las islas, habrá que comprobar si el interés de la Ciudad Autónoma en su mantenimiento es motivo de peso para que el Gobierno considere que Melilla debe gestionar la zona y la convierta en administradora del archipiélago. En caso contrario, Merino apostó por buscar otras fórmulas.
Fuente: http://www.elfarodigital.es
En opinión del viceconsejero, la proximidad de las Chafarinas a Marruecos no debería suponer un problema para que la Ciudad Autónoma vea su objetivo cumplido, pues opinó que de llegar a nombrar las islas como Parque Nacional, el país vecino se vería beneficiado a medio y largo plazo, en base a que también sería partícipe en la proyección de riqueza económica, social y cultural procedente de las Chafarinas.
“Habría colaboración con universidades marroquíes y coordinación entre ambos países para el mantenimiento medioambiental de las islas”, agregó el viceconsejero. Por otro lado recalcó que no deberían existir problemas ni suspicacias políticas en relación a que Melilla fuera la gestora administrativa de las islas, pues el viceconsejero subrayó que hay vigente un acuerdo de buena vecindad entre ambas naciones
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