Más de 11.000 científicos de todo el mundo advierten de nuevo en un manifiesto que es inevitable “un sufrimiento humano sin par” a menos que haya cambios radicales en la actividad humana para reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros factores que contribuyen al cambio climático.
La coalición mundial de científicos dirigida por William J. Ripple y Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos) exige cambios profundos y duraderos en las actividades humanas que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y otros factores relacionados con cambio climático.
“A pesar de 40 años de negociaciones mundiales importantes, hemos seguido haciendo negocios como de costumbre y no hemos logrado abordar esta crisis, alerta Ripple, profesor de ecología en la Facultad de Silvicultura. El cambio climático ha llegado y se está acelerando más rápido de lo que muchos científicos esperaban”.
En un artículo que publican en la revista BioScience, los autores, junto con más de 11.000 signatarios científicos de 153 países, declaran una emergencia climática, presentan gráficos que muestran tendencias como signos vitales para medir el progreso y proporcionan un conjunto de acciones de mitigación efectivas.
“Los científicos tienen una obligación moral de advertir a la humanidad acerca de cualquier gran amenaza. Sobre la base de la información que tenemos, es claro que encaramos una emergencia climática”, asegura también Thomas Newsome, de la Universidad de Sydney, en Australia, en BioScience.
Los científicos analizaron la información recogida y publicada durante más de 40 años sobre el uso de la energía, las temperaturas en la superficie terrestre, el crecimiento de la población, la extensión de cultivos, la deforestación, la pérdida de hielo polar, los índices de fertilidad, las emisiones de dióxido de carbono y el producto interior bruto de las naciones.
Desde la Primera Conferencia sobre Cambio Climático, celebrada en Ginebra (Suiza) en 1979, los científicos que han participado en asambleas similares han citado la amenaza del cambio climático y han advertido a los gobiernos y las corporaciones sobre la necesidad de adoptar medidas para moderarlo.
El artículo, que se enfoca en las acciones para reducir el daño que causa el cambio climático, incluye indicadores que los investigadores describen como “señales vitales” relacionadas con ese cambio y las áreas que requieren una acción global inmediata. Algunos de esos indicadores de la actividad humana son positivos, como la disminución de los índices de natalidad y la incorporación creciente de fuentes de energía renovables.
Pero la mayoría de los indicadores muestra un panorama sombrío, incluida la creciente población de ganado para consumo humano, la pérdida de bosques y las emisiones de dióxido de carbono.
Los autores expresaron su esperanza de que estas “señales vitales” orienten a los gobiernos, el sector privado y el público en general a “comprender la magnitud de esta crisis, vigilar los progresos que se logren y reacomodar las prioridades para paliar el cambio climático”.
Estas metas “requerirán transformaciones enormes en la forma en que funciona nuestra sociedad global y su interacción con los ecosistemas naturales”, señaló la declaración.
EL ACUERDO DE PARÍS, INSUFICIENTE
Los compromisos de los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el marco del Acuerdo de París son claramente insuficientes para mitigar la crisis climática, advierte Robert Watson, expresidente del panel de expertos de la ONU sobre este asunto, en un informe publicado ayer.
La publicación coincide con el anuncio del inicio del proceso formal de retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París (que había anunciado hace dos años) y el arranque de los preparativos de la próxima cumbre climática o COP25 en Madrid en diciembre, bajo la presidencia de Chile.
“Incluso si todos los compromisos climáticos, que son voluntarios, se llegaran a aplicar plenamente, no se alcanzaría ni la mitad del esfuerzo que se necesita para frenar la aceleración de la crisis climática”, señala. Salvo excepciones, las promesas tanto de los países con más ingresos como de los más pobres son a las claras “insuficientes” para frenar la crisis climática. – Efe/E.P.
PROPUESTAS CLAVE
La energía. Consideran imprescindibles prácticas masivas de conservación;reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables;eliminar subsidios a los combustibles fósiles, e imponer tarifas lo suficientemente altas como para restringir el uso de combustibles fósiles.
Los contaminantes. Reclaman que se reduzcan las emisiones de metano, hollín, hidrofluorocarbonos y otros contaminantes de corta duración.
La naturaleza. Recomiendan restaurar y proteger ecosistemas como bosques, praderas, turberas, humedales y manglares, y permitir que estos ecosistemas alcance su potencial ecológico.
La comida. Ven necesario comer más vegetales y consumir menos productos animales para reducir significativamente las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero y liberar tierras agrícolas para el cultivo de alimentos humanos.
La economía. Recomiendan reconvertir en una economía de carbono para abordar la dependencia humana de la biosfera y alejar los objetivos del crecimiento del producto interno bruto y la búsqueda de la riqueza.
La población. Ven clave estabilizar una población humana global que aumenta en más de 200.000 personas por día, utilizando enfoques que garanticen la justicia social y económica.
Fuente: Noticias de Navarra; Newtral
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