Viajar en transporte público en Luxemburgo es gratis desde este sábado y el pequeño reino europeo se ha convertido así en el primer país del mundo en adoptar esta medida. Luxemburgo ha abolido las tarifas de trenes, tranvías y autobuses con el objetivo de intentar reducir la congestión y la contaminación de las carreteras y apoyar a los ciudadanos con bajos niveles de ingresos.
Todos los viajes de clase estándar en transporte público en Luxemburgo son ya gratuitos, una medida destacable si se tiene en cuenta que un abono anual costaba hasta la fecha 440 euros. Eso sí, los viajeros aún pueden pagar por viajar en primera clase, con un coste de 660 euros al año.
Más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de Luxemburgo provienen precisamente del transporte
“Para las personas con bajos ingresos o el salario mínimo, para ellos es realmente sustancial”, comentó el ministro de transporte, Francois Bausch, quien aseguró que “la razón principal es tener una mejor calidad de movilidad, y luego, la razón secundaria es claramente también el problema ambiental”.
Luxemburgo tiene poco más de 600.000 habitantes, pero 214.000 viajan todos los días para ir a trabajar desde las vecinas Alemania, Bélgica y Francia, lo que provoca atascos de tráfico, ya que la mayoría de los trabajadores viajan en automóvil. Más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de Luxemburgo provienen precisamente del transporte.
Alexandre Turquia, gerente de ventas de un grupo hotelero, conduce para ir a trabajar a la capital, Ciudad de Luxemburgo, desde un pueblo vecino. El viaje debe durar 30 minutos, pero el tráfico hace que pueda durar una hora. Aún así, dice que su coche es la mejor opción. “Si es un día en el que necesito visitar a clientes que están lejos, seguro que llevaré mi automóvil”, comenta.
Luxemburgo tiene poco más de 600.000 habitantes, pero 214.000 viajan todos los días para ir a trabajar desde las vecinas Alemania, Bélgica y Francia
Pero Mia Mayer, una empleada de Amazon, ya cambió de conducir al trabajo a tomar el autobús para ahorrar tiempo y dinero. “Casi a diario trato de atravesar el centro de la ciudad, me quedaba atascada en el tráfico y, a veces, perdía 45-50 minutos. Y eso que la ciudad de Luxemburgo no es un lugar enorme”, señala.
Para hacer frente a la gran cantidad de viajeros, Luxemburgo planea invertir 3.900 millones de euros en ferrocarriles entre 2018 y 28, actualizar la red de autobuses y agregar más lugares para estacionar y viajar en la frontera.
A pesar de estas inversiones, el gobierno espera que el 65% de los que viajan diariamente sigan usando el automóvil en 2025, en comparación con el 73% en 2017. Luxemburgo es el primer país en implementar el transporte gratuito, pero algunas ciudades, incluida la capital de Estonia, Tallin, también han experimentado con la idea.
Fuente: La Vanguardia
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