Ramón Pérez de Ayala, coordinador del Proyecto Life Iberlince en WWF España, ha calificado en una entrevista con EFEverde de “muy grave” la situación, que pone en riesgo los programas de conservación del felino más amenazado del mundo, cuya población en libertad se limita en la actualidad a 326 ejemplares en la península ibérica.
Récord de atropellos
Con 16 atropellos en lo que va de año, el número de linces muertos por esta causa supera ya la cifra récord del conjunto del año pasado, en que trece ejemplares encontraron la muerte en carreteras limítrofes con sus áreas de cría.
De continuar este ritmo, una media de dos atropellos al mes, a final de 2014 podríamos llegar a las 24 muertes, “una situación insostenible -ha añadido Pérez de Ayala- para una especie que depende de una implicación institucional a día de hoy insuficiente”.
Medidas insuficientes
Según este experto de WWF, “se han conjugado una serie de factores en el incremento de muertes por atropello de los últimos años, el más novedoso la expansión de la población, que hemos triplicado y que ha comenzado a asentarse cerca de las carreteras”.
“El problema -ha explicado- es que esta situación ha coincidido con la crisis, que ha traído consigo una merma en las labores de mantenimiento en las carreteras por no decir de las medidas protectoras propiamente dichas”.
Puntos negros
De hecho, ha destacado que en Doñana, donde el Ministerio de Fomento evidenció dos de los cuatro puntos más graves de mortalidad de linces, desde finales de 2011 “no se hace nada por arreglar el vallado de las carreteras”.
En contrapartida, en la zona de Andújar (Jaén), donde se señaló otro punto negro después de que se registraran siete atropellos en los últimos años en un tramo de seis kilómetros, “se está empezando a reparar el cercado de la carretera”, ha matizado.
Otras amenazas
“Si no existiesen otras amenazas al margen de los atropellos, seríamos capaces de compensar la situación con los linces reintroducidos desde los centros de cría”, ha asegurado Pérez de Ayala, volcado desde el año 2000 en la conservación de esta especie.
Sin embargo, existen otras amenazas, como el desarrollo de enfermedades propias de este felino (leucemia o tuberculosis) o el furtivismo, “muy difíciles de controlar”, además del fuerte bajón de la población de conejos, principal sustento alimenticio de los linces, ha explicado Pérez de Ayala.
De ahí la importancia de seguir instalando en territorio de linces los cercados para conejos, donde estos animales son criados sin tener que competir por la comida con ungulados que habitan en la misma zona y protegidos de sus depredadores -zorros o tejones-.
Fácil adaptación
Sobre la capacidad de adaptación al medio de los linces criados en cautividad, ha asegurado que es relativamente sencillo
“Los felinos son muy instintivos, no han visto nunca a sus cuidadores, han cazado presas vivas, no han comido siempre a la misma hora y han sido educados para rechazar a los humanos, todo un proceso de entrenamiento”.
Ha recordado que la pasada primavera se reintrodujeron ejemplares en Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, y ha anunciado que este otoño se prevé hacer una suelta en los Montes de Toledo y, posiblemente, en Portugal, donde ya se ha detectado algún ejemplar marcado con collar procedente de Doñana.
Ramón Pérez de Ayala ha aprovechado para reclamar la “implicación seria y decidida” de todos los organismos con competencias en carreteras “más allá de las buenas intenciones”, y se ha felicitado de que la Junta de Castilla-La Mancha comience la próxima semana con los trabajos de reparación de vallas.
Fuente: EFE
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