Los recursos hídricos se encuentran bajo presión en muchas partes del planeta. El calentamiento global y las sequías, cuya intensidad e impacto económico y medioambiental ha aumentado de manera significativa en los útimos treinta años, están retringiendo la disponibilidad de agua dulce para el desarrollo urbano y la agricultura en Europa, donde España es uno de los países con mayor estrés hídrico.
El futuro del planeta pasa por la gestión sostenible del agua, pero también por una apuesta por su reciclaje donde las aguas residuales constituyen un importante recurso. El Parlamento Europeo acaba de aprobar el impulso de la reutilización de la aguas residuales tratadas para el riego agrícola, así como su extensión a la industria, el riego de jardines o con fines medioambientales, siempre que se garantice la protección de la salud y el medio ambiente. Todo ello permitiría que el volumen de agua reutilizada aumentara hasta los 6.600 millones de metros cúbicos anuales para 2025, en lugar de los 1.100 millones actuales.
Toda una apuesta en medio de un panorama donde cerca de un 80 % de las aguas residuales del planeta se vierten al medio ambiente sin haber recibido ningún tratamiento. En un informe la ONU reconocía la especial situación que se vive en los países pobres, donde solo el 8% de esas aguas recibe algún tratamiento e insistía en la necesidad de «disminuir los vertidos e incrementar el tratamiento de las aguas residuales para satisfacer las necesidades ocasionadas por el crecimiento demográfico».
Hace muy poco, el Tribunal de Justicia de Luxemburgo de la UE condenaba a España a abonar 12 millones de euros por la deficiente depuración de las aguas residuales en nueve localidades: siete en Andalucía (Alhaurín el Grande, Barbate, Coín, Isla Cristina, Nerja, Matalascañas y Tarifa), una en Asturias (Gijón Este) y una en Canarias (Valle de Güimar). Una situación heradada a la que ha tenido que hacer frente el Ministerio para la Transición Ecológica, que ha trabajado en el Libro Verde de la Gobernanza del Agua, ahora abierto a consulta de la sociedad.
Crisis sin precedentes
Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, advirtió durante la celebración del Foro del Agua ABC-La Verdad, que de no actuar España se enfrenta a una «crisis del agua sin precedentes». Y recordó que el informe técnico del Cedex prevé que para 2100 haya una reducción en los recursos hídricos del 24% en nuestro país, que alcanzará hasta el 40% en las zonas más vulnerables.
Sin embargo, el 10,74% del agua tratada en las más de 2.000 Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) españolas se ha reciclado, lo que coloca a España «a la cabeza en materia de reutilización», explica Amelia Pérez Zabaleta, directora de la Cátedra Aquae, impulsada por Fundación Aquae y la UNED.
El agua regenerada se empleó mayoritariamente para la agricultura (62%), el riego en zonas verdes (20%) y la industria (7%). Y son la Comunidad Valenciana, con un 59%, Murcia (50%) y Baleares (45%) las regiones donde se reutilizó mayor porcentaje de agua tratada. Además, el estudio revela una mayor concienciación sobre el ahorro de agua en nuestro país: las empresas disminuyeron la intensidad de su uso en un 40%, y en los hogares se ha producido una reducción del 20% por persona. La asignatura pendiente la sigue teniendo el sector agrícola, que no ha variado su consumo.
Pérez Zabaleta explica que la Cátedra Aquae propone cinco clases de indicadores para evaluar el estado actual en materia de agua en España, su evolución en los últimos años y las posibilidades de mejora de la economía circular. Unos indicadores que se basan en la captación -para medir la eficiencia en la asignación de agua-; abastecimiento -que incluye transporte, tratamiento, almacenaje y distribución- , su uso por los distintos usuarios, saneamiento y reutilización -incidencia y eficiencia de estas fases- y estado ambiental, que mide el estado cuantitativo y cualitativo del agua. Y señala que «espera que la economía circular del agua sea una realidad en nuestro país en 2030». Para ello tiene claro que «es necesario una mayor información sobre el agua como indicadores de gestión, de residuos, de gastos de energía; una normativa que defina los requerimientos de calidad según sus usos de reciclaje y una mayor concienciación de la sociedad y aceptación, por ejemplo, de su uso para el consumo humano».
El precio del agua
Cada español consumió de media 132 litros de agua al día durante 2018, según el último estudio nacional de suministro de agua potable y saneamiento en España, realizado por la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS) y la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua Urbana (AGA). Un informe que por primer a vez incluye parámetros de la contribución a la economía circular. Fernando Morillo, presidente de AEAS, señala que «la reutilización es la estrategia de futuro pero hay que ser sensatos, no generalizar y tener en cuenta la diversidad de condiciones climáticas de nuestro país, y las diferentes necesidades de las comunidades autónomas». Además, pone el acento en que «a pesar de que España es uno de los países con más escasez de recursos hídricos de Europa, las tarifas del agua no cubren los costes y deberían adaptarse responsablemente para avanzar en la reutilización y evitar el deterioro en la calidad del servicio para garantizar su sostenibilidad».
La incidencia de la factura del agua en el presupuesto familiar es, de media, del 0,89%. Por ello desde AEAS se demanda que los costes de los servicios de agua incluyan en la tarifa la amortización y mejora de las infraestructuras. Y señalan que por lo que cuesta un refresco pagamos el equivalente a dos días y medio de consumo en una vivienda de una familia de tres miembros. Con 1,84 euros se puede disponer del mismo volumen de agua que 1.000 botellas de un litro compradas en un supermercado y que costarían casi 400 euros.
Fuente: ABC
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