La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y la Comisión Europea (CE) planteó a los Veintisiete una nueva estrategia para la región del Ártico centrada en la protección del medio ambiente frente las nuevas actividades económicas que se abren paso en la zona.
«Con las medidas presentadas hoy queremos mostrar al mundo que la UE está decidida a respetar sus compromisos con la región del Ártico», ha señalado Ashton en un comunicado.
Para la Alta Representante del bloque, «la evolución de la situación en el Ártico hace aún más urgente nuestra lucha contra el cambio climático global y reviste una importancia estratégica, económica y medioambiental cada vez mayor para la Unión Europea».
Por ello, ha presentado un plan con 28 puntos para la actuación de Europa en el Ártico que se centran principalmente en garantizar la protección y la sostenibilidad de la región.
Por ejemplo, propone reforzar la investigación en la zona ártica asignando fondos para ello, promocionar el desarrollo de tecnologías limpias para las industrias extractivas y mejorar el diálogo con las organizaciones de los pueblos indígenas.
La Comisión Europea se ocupa también del ámbito de la Pesca ante las «nuevas actividades económicas» que el cambio climático está ofreciendo en las aguas del Ártico.
«Existen desafíos medioambientales y oportunidades que requieren atención mundial y la UE puede ayudar considerablemente en investigación, financiación, lucha contra el calentamiento global y desarrollo de tecnologías más ecológicas», ha señalado en la nota la comisaria de Pesca, Maria Damanaki.
Añadió que el objetivo de la Política Marítima Integrada de la UE consiste en «contribuir a encontrar soluciones comunes para la gestión sostenible de los mares».
Tal y como ha recordado la CE, se prevé que el aumento de las temperaturas en los próximos 30 ó 40 años haga que el deshielo en la región del Ártico sea total en verano, lo que daría acceso a recursos como petróleo y gas, así como abrir nuevas rutas marítimas.
Tres países de la UE (Dinamarca, Suecia y Finlandia) son miembros del Consejo Ártico, el principal foro internacional encargado de la gestión de la región, en el que también participan Canadá, Islandia, Noruega, Rusia y Estados Unidos.
La Unión Europea ha solicitado el estatuto de observador en la organización y se mantiene a la espera de una respuesta al respecto.
Fuente: http://www.elcorreo.com
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