Investigadores del grupo Edafología aplicada de la Universidad de Almería, en colaboración con la Universidad de Granada, la Politécnica de Murcia y el Centro Tecnológico Leitat de Barcelona, han demostrado que la reutilización de lodos de mármol en zonas contaminadas por metales pesados contribuye al crecimiento de vegetación, lo que permite la recuperación del entorno y mejorar su impacto visual.
Los expertos corroboraron estos resultados en varias parcelas de Aznalcóllar (Sevilla) afectadas por un vertido tóxico que sucedió hace casi dos décadas. En ellas, han logrado recuperar zonas verdes que con anterioridad habían permanecido yermas.
Por otro lado, los científicos comprobaron que en las laderas de las canteras de mármol de Macael (Almería) reaparece vegetación tras cubrir la zona con lodos de este mineral, ya que incrementa la humedad y hace posible que las plantas incrementen su enraizamiento en el suelo.
Los investigadores iniciaron este proyecto recogiendo lodos de las balsas que se originan junto a las canteras. Tras procesar y caracterizar las micropartículas, y determinar su composición, tamaño e indicadores de toxicidad, obtuvieron que estos residuos están libres de contaminantes.
Después de ello, los expertos realizaron pruebas de fijación de metales. En concreto, colocaron muestras de lodo en contacto con soluciones contaminantes con el objetivo de definir qué cantidad de metales podía adherirse a los residuos. “El resultado fue que los lodos procedentes de la industria del mármol podían precipitar la mayor parte de los principales contaminantes de la zona como cobre, zinc, cadmio, arsénico y plomo”, puntualiza el investigador de la Universidad de Almería y coautor de este estudio, Mariano Simón.
Una vez obtenidos los resultados a escala de laboratorio, ensayaron in vivo en pequeños invernaderos empleando distintos tipos de suelos, diferentes lodos y también contaminantes variados. “Probamos en macetas si el lodo propicia el crecimiento de cualquier tipo de flora, ya sean plantas, arbustos u otro tipo de vegetación”, matiza Simón. A lo largo de todo este proceso, recogido en el estudio publicado en el Journal of Geochemical Exploration, los científicos utilizaron la planta conocida como mostaza (Brassica juncea).
Suelos ácidos y básicos
Para cerciorarse de la aplicación de estos residuos del mármol, probaron en dos tipos de suelos diferentes. Por un lado, en uno ácido donde el pH es bajo y el contenido en metales contaminantes solubles es elevado. “Este sistema limita la erosión en casos de lluvia y viento y como consecuencia, se paraliza la dispersión de la contaminación”, detalla este científico.
Al mismo tiempo, se propicia la biorremediación, puesto que la planta actúa como filtro reteniendo los metales y evitando que lleguen a las capas freáticas, es decir, las agua subterráneas.
Tras analizar esta técnica en terrenos ácidos, ensayaron en suelos básicos también contaminados. “En este tipo de suelos, como los que hay en las canteras de mármol o la minería del hierro, el lodo no incrementa el pH, pero el carbonato cálcico también fija determinados compuestos como el arsénico y evita su movilización”, explica el investigador.
Los resultados de este proyecto se han examinado en dos localizaciones de Andalucía. Por un lado, en la localidad sevillana de Aznalcóllar, afectada por un vertido de metales hace casi dos décadas.
Allí, los investigadores trasladaron lodos de mármol de Macael para regenerar parte de esta zona. “Hoy, 19 años después de que se produjera el vertido que contaminó toda esa parte, aún hay muchos calveros donde no crece la vegetación porque el lodo de azufre de la mina impide que crezca. Con este trabajo hemos logrado recuperar zonas verdes con una finalidad meramente estética, ya que las plantas pueden ser perjudiciales para la salud tras haber estado en contacto con metales. Así que no se puede ni recolectar plantas ni tampoco cazar”, especifica Simón.
Al mismo tiempo, en las canteras de Macael, los científicos recubrieron las piedras de las canteras con lodos a modo de manto y seguidamente las cubrieron con tierra vegetal. ”Antes solo se depositaba esa tierra encima de la cantera, pero a causa de la erosión, todo este sustrato se perdía. En cambio, ahora, al rellenar los huecos de la cantera con lodo de mármol que tiene elevada capacidad de retención de agua y añadirle tierra encima, las raíces de la planta llegan hasta el lodo, ya que estas van buscando humedad, y finalmente se enraízan, garantizando su crecimiento”, concluye el investigador.
Referencia bibliográfica:
González, V.; Salinas, J.; García, I.; Del Moral, F.; Simón, M.: «Using marble sludge and phytoextraction to remediate metal (loid) polluted soils’. Journal of Geochemical Exploration 174: 29-34 Marzo de 2017
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