La Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) y el Observatorio de Sostenibilidad han presentado el segundo informe ‘Infraestructura de recarga para vehículos eléctricos en España’, que contiene un análisis, evaluación y recomendaciones para impulsar la movilidad eléctrica garantizando una transición justa y las particularidades territoriales. En el último año, la red de recarga ha crecido, aunque se ha constatado que se está dejando atrás al medio rural, especialmente en la alta potencia (> 150 kW) y con casi siete de cada diez puntos de recarga ubicados en áreas urbanas.

Fuente: esmartcity.es

El nuevo estudio de Ecodes y el Observatorio de Sostenibilidad da continuidad al elaborado el año pasado y analiza y actualiza la ubicación de los puntos de recarga de vehículos eléctricos (VE) y la capacidad actual de la red para alcanzar la descarbonización del sector del transporte y la transformación de la movilidad.

Entre las principales conclusiones, recoge que en 2023 el vehículo eléctrico continúa sin poder sustituir la operatividad y experiencia del usuario respecto a los de motor térmico, principalmente, por falta de infraestructura de recarga pública en los desplazamientos interurbanos.

Diferencias entre zonas urbanas y rurales

En 2023 se han alcanzado los 8.402 puntos de recarga y 24.124 conectores totales, unos incrementos porcentuales del 35% y 44% respecto al pasado año. No obstante, se trata de cifras lejanas a los 100.000 puntos que darían cumplimiento a los objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) para 2023. Análisis independientes señalan que para 2030 habría que alcanzar entre 222.901 y 289.130 conectores para garantizar el impulso a la movilidad eléctrica, por lo que se necesitarían 28.397 nuevos conectores anuales.

Por otro lado, mientras las áreas urbanas tienen casi 1.500 puntos de recarga nuevos y las carreteras principales casi 700, en un año, en las zonas rurales hay apenas 34 más.

En cuanto a la potencia, el 3,8% de los conectores actuales en funcionamiento tienen una potencia superior o igual a 150 kW, siendo solo un 2% en 2022. Según el informe, se trata de un incremento significativo en términos relativos, pero muy bajo en términos totales respecto a los datos del año pasado.

A pesar de haber disponibles 622 nuevos cargadores de alta potencia, más de la mitad se han establecido en áreas urbanas. La meta de establecer puntos de recarga cada 60 kilómetros ha subido del 5% al 22% del total de la red de carreteras principales.

En lo referente a las áreas de interés turístico, acumulan el 48% de los puntos de recarga, el 53% de los cargadores y el 46% de la alta potencia. Por el contrario, las zonas cercanas a espacios naturales protegidos no presentan una buena cobertura: cuentan con un 15% de los puntos de carga, el 8,5% de los cargadores y el 7% de la alta potencia.

Por comunidades autónomas, no hay ninguna sin cargadores de alta potencia de acceso público y todas obtienen mejores resultados que el año pasado. La Comunidad de Madrid, el País Vasco, la Comunidad Valenciana y Cataluña, en este orden, continúan siendo las más avanzadas en este ámbito. Los datos extraídos muestran también que el litoral cálido de la península es la zona con menor distancia entre cargadores de alta potencia.

Propuestas para avanzar en movilidad eléctrica

El informe concluye con propuestas para transformar el modelo y avanzar en la movilidad eléctrica. Entre otras cosas, señala que es necesario instalar más cargadores de alta potencia y aumentar el esfuerzo inversor para transformar la red de más de 9.000 gasolineras del territorio español y dar servicio a la flota de vehículos que ha de sustituir al parque móvil de motores de combustión fósil.

Asimismo, indica que facilitar los tejados solares y modelos de autoconsumo en casas unifamiliares en el medio rural puede ser muy beneficioso para la recarga de coches con placas solares, evitando así dejar atrás a las zonas rurales. En este escenario, destaca también la importancia de la colaboración público-privada para garantizar la vertebración territorial y la cohesión social.

Fuente: www.esmartcity.es