La pardela cenicienta (‘Calonectris diomedea’) acaba de ser elegida por SEO/BirdLife como Ave del Año 2103. Según la propia organización conservacionista, esta especie amenazada -bastante común aunque desconocida para muchos y comunmente confundida por los no iniciados con una gaviota– ejemplifica a la perfección la delicada situación que viven las aves marinas ante unos mares cada vez más explotados y contaminados.
La campaña sobre las aves marinas se lanza en un año clave -2013-, cuando debe cerrarse la reforma de la nueva Política Pesquera Comunitaria y la red de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) marinas de España. Durante una salida en barco por las aguas del espacio Red Natura 2000 Costes del Maresme, en el Mediterráneo, para presentar al ave elegida, la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, ha señalado: «Trabajar por la pardela cenicienta es hacerlo por una pesca sostenible que beneficie a los pescadores y sea respetuosa con el ecosistema marino».
Por su parte, el responsable del Programa Marino de SEO/BirdLife, José Manuel Arcos, ha apuntado que la pardela cenicienta es «un excelente indicador del estado de nuestros mares, y como tal debemos hacer un esfuerzo para que siga deleitándonos con sus elegantes planeos». También ha participado en el acto Jordi Sargatal, miembro de la Junta Directiva de la ONG, que ha resaltado el esfuerzo realizado por la misma para avanzar en las políticas de conservación de las aves marinas y de sus espacios relevantes.
Un ave común, pero amenazada
La captura accidental en artes de pesca, la contaminación, la instalación de parques eólicos u otras infraestructuras en el mar, la degradación de sus zonas de cría, la caza ilegal, la predación por especies introducidas y la contaminación lumínica son las principales amenazas de esta especie.
Pardela cenicienta. | Pep Arcos
Por ese motivo, SEO/ BirdLife propone una serie de medidas que podrían contrarrestar estas amenazas. Entre ellas destacan la protección de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (IBA) marinas dentro de la Red Natura 2000 o la aprobación de una Política Pesquera Comunitaria que ponga el acento en la preservación del ecosistema marino y su uso sostenible.
La pardela cenicienta es una viajera consumada. Puede recorrer en un año más de 40.000 kilómetros entre sus áreas de cría (Canarias, Baleares, Chafarinas y otros islotes) e invernada (Argentina, Namibia, Sudáfrica y otros puntos del hemisferio sur). Justo en estas fechas del año regresa a nuestras costas.
Entre sus amenazas en el mar destacan la captura accidental en artes de pesca, sobre todo el palangre, en cuyos anzuelos mueren enganchadas anualmente miles de aves, además de la sobrepesca, que pone en peligro sus recursos alimenticios. También le afecta la contaminación, ya que la acumulación de mercurio en su organismo la convierte en un excelente indicador sobre la presencia en el mar de este peligroso metal pesado.
La proliferación de nuevos usos en el mar, como la instalación de centrales eólicas marinas, y en general el cambio ambiental al que está sometido el ecosistema marino representan peligros aún por dimensionar para esta y otras aves marinas. Los problemas en tierra proceden directamente de los gatos, ratas o visones introducidos por el ser humano, que depredan sobre huevos, pollos y adultos. También el hombre incide directamente sobre ellos, al recolectarlos para obtener alimento y aceite; es el llamado «pardeleo», actividad prohibida que aún se practica en Canarias. La degradación de las zonas de cría, y en particular la contaminación lumínica, que desorienta a los pollos cuando abandonan el nido, completan la lista de amenazas.
Desde 1988 SEO/BirdLife lanza la campaña Ave del Año para centrar esfuerzos en una especie que resulte representativa de ecosistemas o grupos de aves amenazados. Por lo que la pardela cenicienta se ha convertido en la 24ª Ave del Año española.
Fuente: El Mundo
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