La cumbre del clima que comienza hoy en Durban (Sudáfrica) tiene un objetivo menor (al menos si se tiene en cuenta la tarea de fondo de esta negociación, que es reformar el sistema energético mundial): negociar cómo mantener con vida el Protocolo de Kioto hasta 2020.
Este primer tratado mundial contra el calentamiento entró en vigor en 2005, pero su primer periodo solo cubría hasta 2012. EE UU no lo ratificó y el texto dejó sin compromisos a los grandes países emergentes como China, Brasil e India. Aun así, se pensó que era un buen paso que serviría para continuar más adelante.
Con este esquema han fluido millones de los países ricos a los países en desarrollo para compensar sus emisiones (aunque en muchos casos es dudoso que realmente hayan reducido el impacto sobre el medio ambiente). Pese a que costó sangre aprobarlo y ponerlo en práctica, ahora se ha visto que Kioto era lo difícil. En 2007 en Bali, los países acordaron que en 2009 habría un nuevo instrumento. La cita fue en Copenhague, pero el fracaso de los más de 150 jefes de Estado y de Gobierno aún colea. Dos años después, la ONU busca la salida.
No es sencillo porque las posturas siguen alejadas. EE UU no quiere firmar nada. Aunque quisiera la Casa Blanca, el Congreso ha mostrado capacidad de bloqueo suficiente y la opinión pública cada vez es más escéptica sobre la gravedad del cambio climático y de que lo cause el hombre. Los países en desarrollo (y se incluyen los que ya no lo son tanto, como China o Brasil) insisten en que la única fórmula válida es mantener Kioto, que les ha garantizado inversiones sin comprometerles a reducir sus emisiones.
Así, Kioto solo cubre el pequeño porcentaje de las emisiones mundiales y la negociación apenas avanza. De ese tren se han bajado Japón -pese a ser el país anfitrión del acuerdo-, Rusia y Canadá. Solo queda la UE, que mantiene su objetivo de reducir en 2020 sus emisiones un 20% respecto a 1990 y que ha anunciado que seguirá en el tratado siempre que el resto de potencias acepten unirse alrededor de 2015. El compromiso es relevante, pero tiene truco: Europa ya emite un 15,5% menos que en 1990, así que al ritmo actual de reducción llegar al 20% en una década no supone gran esfuerzo.
La comisaria de Acción para el Clima, Connie Hedegaard, ha declarado: «Seamos claros: la UE apoya el Protocolo de Kioto, pero es evidente que un segundo periodo de Kioto con solo la UE, que representa el 11% de las emisiones mundiales, no basta para el clima. Esto no puede considerarse un éxito en Durban».
La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, explica: «La UE no está en disposición de permitir a nadie que se esconda en argumentos simplistas», en alusión a la pretensión de los emergentes y de EE UU de que todo siga igual con la UE. «Nosotros vamos a un segundo periodo siempre que ustedes no fallen y se comprometan públicamente a unirse. Señores de Brasil, China e India, si les parece tan importante el Protocolo de Kioto, únanse a él».
¿Cómo asegurará el resto que se une? Esa es la negociación. Estas cumbres ya han demostrado que todos saben llegar a acuerdos siempre que no sean inmediatos. En Bali, todos acordaron que habría acuerdo, pero cuando dos años después llegó la fecha, no sirvió de nada. En Copenhague, los presidentes pactaron limitar el calentamiento a dos grados centígrados pero con los compromisos -voluntarios- que cada país ha enviado a la ONU no se acercan ni de lejos.
Las claves del problema
– Más emisiones. Los gases de efecto invernadero repuntaron en 2010 a niveles récord. Lo hicieron tras dos años de descenso por la crisis. Las emisiones alcanzaron unas 30,6 gigatoneladas, el 5% más que el anterior récord, de 2008. La crisis redujo la demanda de energía, pero ha vuelto a crecer y, con la energía, la emisión de dióxido de carbono.
– Más CO2. La concentración de CO2 en la atmósfera crece de forma continuada. Desde 1750, su abundancia atmosférica ha aumentado en un 39% y ya está en 389 partes por millón, un nivel realmente preocupante.
– Menos tiempo. Según la Agencia Internacional de la Energía, el mundo dispone de cinco años de plazo para limitar el calentamiento a cifras tolerables.
– Más fenómenos extremos. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha concluido que este siglo habrá un exceso de calor, con inundaciones, ciclones, aludes y sequías debido al calentamiento.
Fuente: http://www.elpais.com y http://unfccc.int
Lo de siempre, nadie quiere recortar sus emisiones…