El proyecto liderado por Emed Tartessus para la reapertura de la mina de Riotinto ha recibido el visto bueno de la Consejería de Medio Ambiente andaluza para la concesión de la Autorización Ambiental Unificada (AAU). O dicho de otra forma, la Junta cree que el proyecto es «ambientalmente viable», siempre y cuando se ejecute y desarrolle de acuerdo a las actuaciones y medidas incluidas en el proyecto y el estudio de impacto ambiental. Ahora sólo queda que en un plazo de diez días se puedan presentar la alegaciones oportunas (por parte de Emed Tartessus y partes interesadas en el proyecto), se analicen y tras ello se conceda la AAU, que será la que pueda dar paso al plan de restauración y, después, al proyecto de explotación de la mina.
El dictamen elaborado por la Consejería de Medio Ambiente incluye más de 300 condiciones de carácter ambiental obligatorias para el promotor.
Con ello, se trata de «evitar, prevenir y minimizar» los impactos ambientales, en especial, los relativos a la gestión del agua y los vertidos a los ríos Tinto y Odiel, la gestión de las escombreras y presas, la afección a la flora y la fauna, la contaminación atmosférica y acústica, así como las cautelas en materia de patrimonio cultural, según informó la Junta a través de un comunicado.
En el informe se incluye la prohibición de todos los vertidos sin depurar al río Tinto, para lo cual todos los efluentes deberán dirigirse a una estación depuradora, y sólo se permitirá el vertido de esta planta si se cumplen los valores límite de emisión establecidos en la legislación vigente.
La contaminación difusa, procedente de las antiguas escombreras, tendrá que ir reduciéndose progresivamente de acuerdo con el programa de restauración de las mismas, que garantizará que en el plazo de diez años, la carga contaminante que actualmente llega al río Odiel se reduzca en un 100 %.
En el informe emitido por la Consejería de Medio Ambiente se establece también la obligación de restaurar todas las escombreras incluidas en el ámbito de la concesión minera, e incluso las procedentes de explotaciones antiguas que no van a ser objeto de aprovechamiento.
Según las mismas fuentes, esta remodelación se realizará al tiempo que se desarrolle la explotación minera y no al final de la misma. Y con ella se pretende garantizar que una vez rehabilitadas, se minimice la producción de aguas ácidas como consecuencia de la lluvia y se proceda a una total integración en el paisaje.
El dictamen al que ayer hizo referencia Medio Ambiente (y que poco antes avanzaba el secretario general del PSOE de Huelva, Ignacio Caraballo) incorpora el Plan de Vigilancia y Control de los distintos valores ambientales, tanto en las fases de obras como de explotación, de cierre y clausura, al menos durante 30 años, así como la figura del técnico ambiental residente por parte del promotor, con objeto de disponer de un organismo externo, independiente y acreditado, que garantice el cumplimiento y control de los condicionantes ambientales establecidos en las autorizaciones, legislación o reglamentación al respecto.
Otras medidas que se recogen en este penúltimo informe están relacionadas con la protección y gestión de los hábitats, y especies de fauna y flora protegida existentes en la zona, la obligatoriedad de elaborar y aplicar un plan de autoprotección contra incendios forestales, y las cautelas establecidas por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Huelva para la protección de los bienes culturales (Corta Atalaya o la necrópolis Tres Cruces, entre otros).
La AAU, prevista en la Ley de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental de Andalucía, se caracteriza «por simplificar en un permiso único» los distintos procedimientos administrativos de prevención y control ambiental que actualmente se exigen para determinados proyectos y actividades económicas. En la AAU se incluyen sólo las autorizaciones que tienen carácter ambiental, como son las afecciones que se produzcan al agua, aire, suelos, flora o fauna.
El dictamen llega un mes después de que la empresa minera superara uno de los pasos previos a la concesión de la AAU, al recibir la certificación de compatibilidad con la normativa ambiental. Pero poco después se conocía que había llegado la paralización del proceso, ante «falta de documentación», según notificó Medio Ambiente a la empresa. Ahora, sin embargo parece que todo está en regla.
Fuente: http://www.huelvainformacion.es/
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