La Comisión Europea de Jean-Claude Juncker liquidará 80 propuestas de normas de una tacada en un movimiento inédito en la historia de la Unión. El objetivo es limitar, por primera vez, el radio de acción de Bruselas, según se desprende de un borrador del documento del Ejecutivo comunitario que se aprobará la semana próxima.
Muchas de ellas no generarán polémica. Pero también hay decisiones políticas entre los descartes que pueden traer cola: el vicepresidente Frans Timmermans, al frente de ese proyecto, liquida, por ejemplo, varias directivas medioambientales recién diseñadas por la anterior Comisión, como la de calidad del aire y residuos. Elimina numerosas medidas de la política agrícola. Y replantea la directiva para ampliar el permiso de maternidad a 20 semanas que Bruselas considera superada por la realidad porque muchos países tienen de plazos superiores y sugiere “otras medidas para que las mujeres accedan y se queden en su puesto de trabajo”.
Contaminantes atmosféricos
El documento que el Ejecutivo de Jean-Claude Juncker ha preparado para el Parlamento y el Consejo europeos, recoge la eliminación del proyecto para establecer una nueva « reducción de las emisiones nacionales de ciertos contaminantes atmosféricos».
Respecto a la calidad del aire, el proyecto de directiva, entre muchos aspectos, establecía que: «Los Estados miembros limitarán, al menos, sus emisiones antropogénicas anuales» de muchos productos que ensucian el aire: el azufre, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de carbono, las partículas… Entre ellos aparecen, también, los «precursores del ozono troposférico», contaminante de especial preocupación en España, según la Agencia Europea del Medioambiente. La ahora descartada regulación incluía la realización de «un análisis del daño del ozono al crecimiento de la vegetación y a la biodiversidad».
La patronal europea incluyó esta propuesta entre las que la nueva Comisión Europea debía «retirar». Analizaron que ponía obligaciones a los estados «para cumplir objetivos de calidad del aire muy ambiciosos». Y acto seguido añadía en su documento que había «un alto riesgo de que se tomara al sector industrial como responsable» de esta materia «si los sectores no industriales, como por ejemplo la agricultura, no cumplen con su parte».
El equipo de Juncker ha justificado retirar la propuesta porque esta directiva «será modificada como parte de la legislación subsiguiente al paquete de Energía y Cambio Climático para 2030″del que es responsable el español Miguel Arias Cañete .
Fue la propia Comisión Europea la que cifró en 58.000 vidas las que se podría salvar para 2030 gracias a las políticas de Aire Limpio. También calculó el impacto económico de conseguir una atmósfera más respirable. El memorando de la CE le atribuía un «ahorro de entre 40.000 y 140.000 millones de euros». Poner en marcha las medidas que ahora se verán relegadas hubiera costado, según este análisis, 4.000 millones.
Residuos
La segunda Directiva trataba de un proyecto que afectaba a las leyes sobre residuos, envases, vertidos, el final de la vida útil de los vehículos, las pilas o los aparatos electrónicos. «Era una de las iniciativas emblemáticas de la Comisión», analiza el responsable del área Internacional de Ecologistas en Acción, Samuel Martín-Sosa. A la economía circular se le consideraba capaz de generar «180.000 puestos de trabajo».
Pero con el nuevo Ejecutivo, el lema que se vendió de «una Europa eficiente en recursos» se cae de las prioridades. El Plan de Trabajo 2015 lo despacha con un «no hay acuerdo previsible» entre los estados del Consejo. Es otra de las exigencias que Business Europe ha visto satisfecha. La patronal había pedido que se retirara para «replantearse como una ley de tipo económico» más que una «perspectiva medioambiental».
La excusa para que desaparezca esta línea de trabajo por parte de la CE le parece «bastante ridícula» a Martín-Sosa porque han pasado «apenas unos meses despues de que la propuesta se haya puesto sobre la mesa».
Según el ecologista, este movimiento desde Bruselas «va mucho mas allá de dos piezas legislativas, que son muy importantes. El problema es la dificil relación del presidente Juncker con la sostenibilidad, y la sospecha cada vez más confirmada de que esto inicia un camino de cinco años donde la normativa ambiental será cercenada en aras de una supuesta agenda cortoplacista de crecimiento y empleo».
Como dándole implíctamente la razon, la introducción del documento que la Comisión ha preparado para los eurodiputados y los estados señala que «las propuestas que anunciamos en este Programa de Trabajo están escogidas porque creemos que pueden marcar la diferencia en cuanto a empleos, crecimiento e inversiones». Según la federación ecologista European Enviromental Bureau, «es un escándalo que la muerte prematura de 400.000 personas debido a la contaminación ya no importe».
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