El Ejecutivo comunitario calcula que esta medida, que el sector de la iluminación califica como «histórica», permitirá alcanzar un ahorro anual de 40.000 millones de kilovatios hora (KWh) a partir de 2020, una cifra que equivale a la demanda eléctrica de once millones de hogares.
En consecuencia, la Comisión Europea prevé que las emisiones de CO2 a la atmósfera se reduzcan en 15 millones de toneladas al año, un objetivo que contribuirá a limitar en un 20 % las emisiones para 2020.
Por ello, desde este sábado los fabricantes e intermediarios dejaron de distribuir lámparas incandescentes a tiendas y grandes almacenes.
No obstante, las bombillas tradicionales podrán seguir vendiéndose en los comercios y grandes superficies y también podrán seguir usándose las que ya están en circulación, que ya ha puesto en marcha una campaña de concienciación sobre las ventajas de la tecnología LED.
Bombillas fluorescentes o halógenas
Los consumidores pueden optar ahora entre las bombillas fluorescentes compactas de larga duración (que ahorran un 75 %) o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que ahorran entre un 25 y un 50 %.
Las lámparas LED se perfilan como las sucesoras naturales de las incandescentes por su larga duración y eficiencia ya que permiten ahorrar hasta un 70 % de energía.
Todo ello a pesar de que su precio oscila entre los 15 y 25 euros frente al poco más de un euro que costaban las bombillas tradicionales.
Otro de los inconvenientes, alertan desde la patronal de fabricantes de iluminación (Anfalum), es que aprovechando la coyuntura determinados productores, principalmente procedentes de China, están introduciendo productos de menor calidad que no cumplen las expectativas de intensidad y duración exigibles.
El 60% serán de tecnología LED
Según sus cálculos, cerca de un 60 % de los aparatos de alumbrado serán de tecnología LED en 2020.
Desde la Federación Española de Asociaciones de Ferretería (Fedafe) coinciden en señalar que el consumidor prefiere lámparas más eficientes a pesar de que las LED «todavía» son caras.
Con este paso se pone fin al periodo transitorio de adaptación a la nueva normativa, que comenzó en septiembre 2009 con la retirada de las bombillas incandescentes de más de 100 vatios y continuó con el fin de la comercialización de aquellas con una potencia mayor de 75 y 60 vatios en 2010 y 2011, respectivamente.
Con la sustitución de las bombillas tradicionales por otras lámparas más eficientes, la CE espera que los hogares paguen hasta 50 euros menos al año, lo que equivale a un total de entre 5.000 y 10.000 millones de euros en toda la Unión Europea
Fuente: EFEverde
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