En la evaluación de cumplimiento de España en EC a través de 30 indicadores seleccionados según la información disponible en 2018, incluidos los 16 de EUROSTAT, los indicadores que muestran valores Muy Negativos y Negativos, es decir, los que se encuentran muy alejados del cumplimiento de los compromisos establecidos en los principales documentos de la UE relacionados con la EC, suponen el 40% del total. Si a estos les añadimos aquellos con valoración media, es decir, si sumamos todos los que no muestran valoración positiva o muy positiva, el porcentaje alcanza el 60 %.
Por el contrario, los que muestran buena valoración (Positivo y Muy Positivo) solo congregan el 40% de los indicadores, siendo los Muy Positivos el 10% (3 indicadores), dos de ellos del bloque relativo a la generación de residuos (generación total y de residuos municipales) y el tercero del bloque de gestión (reciclaje total de envases de todos los materiales en conjunto, aunque en 2017 se ha pasado a una tasa del 68,5% desde la del 70,3% de 2016).
España es, tras Grecia, el país de la UE-15 que más residuos destina a deposición en vertedero
España mantiene un porcentaje muy alto de vertido de residuos municipales en relación con los países de su entorno. En 2006 la tasa se acercaba al 60% y estaba acompañada por porcentajes de recogida separada en origen muy bajos. En la actualidad ronda aún el 55% y tenemos graves problemas para cumplir la DMR en la gestión de la materia orgánica. Alemania. Austria, Holanda, Suiza y los países nórdicos ostentan porcentajes inferiores al 10%. Otros países de nuestro entorno como Francia, Italia y el Reino Unido se sitúan en torno al 25%. Nuestro porcentaje es más parecido al de casi todos los antiguos países del E de Europa y al de los estados insulares y duplica la media de la UE-28. De manera complementaria a la baja tasa de vertido, la mayoría antiguos países de la UE tienen tasas de incineración elevadas, especialmente en el N de Europa, en correspondencia con tasas generales de reciclaje también altas, en muchos casos superiores al 50%.
Algunas tendencias positivas
España parece evolucionar positivamente en la tasa de reciclaje de residuos municipales (29,7% en 2016; 33,5% en 2017), recuperación de residuos de construcción y demolición (70% en 2014; 79% en 2016), recuperación de RAEE (37,4 en 2016; 41% en 2017), lo cual puede influir positivamente en el alza de la tasa de uso de materias primas secundarias, que pasa del 7,7% en 2014 al 8,2% en 2016.
Recomendaciones
A la vista de los datos, la situación de España, sobre todo en comparación con la mayoría de los países de la UE-15, es muy desventajosa. La experiencia de décadas anteriores pone en duda la interposición de políticas que resuelvan nuestro problema con los residuos, lo cual puede impedir la satisfacción de los objetivos de la UE, lo que, aparte de la profundidad de los problemas ambientales y sociales derivados (contaminación del agua y del suelo, emisiones de gases nocivos y de GEI, olores, suciedad, afecciones a la salud…), nos puede acarrear sanciones y desprestigio.
Ese 4% de emisiones en España procedentes de la gestión de residuos ha de ser reducido, al menos hasta los niveles medios de la UE-28. Es imprescindible reducir nuestra tasa de vertido, implantar de una manera efectiva la separación de los biorresiduos en origen, aumentar las tasas de reciclaje y de recuperación de materiales recirculables y dotar a la valorización energética de residuos previamente preparados de las garantías suficientes para que sea una opción efectiva de gestión. Algunos países ya han demostrado que se puede hacer. Podemos o no ser uno de estos países.Para serlo, las Administraciones Públicas deben coordinarse con los SCRAP (Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor), que trabajan con residuos tangibles y con las empresas que producen y ponen en el mercado los artículos que luego se convierten en residuos, para establecer hojas de ruta que permitan cumplir con los objetivos futuros de la UE.
Fuente: Observatorio de Sostenibilidad
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