España el segundo país que más plástico vierte al Mediterráneo solo por detrás de Turquía y es el cuarto de la Unión Europea que más plástico consume, según un informe que la ONG WWF ha lanzado este viernes con motivo del Día Mundial de los Océanos.
Así, la ONG denuncia que el Mediterráneo puede convertirse en una «trampa de plástico» para la biodiversidad, pero también para la salud humana, ya que se están observando niveles récord de contaminación por microplásticos que amenazan a las especies marinas y a la salud humana.
El informe ‘Una trampa del plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo» destaca los efectos dramáticos que el uso excesivo de plásticos, la pésima gestión de los residuos y el turismo de masas que provocan en el mar Mediterráneo, una de las regiones más visitadas del mundo.
El estudio además expone una hoja de ruta con las acciones urgentes que instituciones, empresas y ciudadanos han de poner en marcha para evitar la llegada masiva de plásticos al mar.
El secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, ha explicado que los impactos de la contaminación por plásticos en el Mediterráneo se extienden también alrededor del mundo y denuncia que están causando «graves daños» en la naturaleza y en la salud humana.
«Si sigue empeorando, este problema amenazará la reputación mundial que el Mediterráneo tiene por el turismo y la pesca, debilitando a las comunidades locales que dependen de estos sectores para sobrevivir», ha añadido Del Olmo que advierte de que el problema de los plásticos es también un síntoma del «declive general de la salud» del Mediterráneo.
Por ello, considera que esta situación debe servir de llamamiento para la «acción real y común».
De acuerdo a los datos del informe, el 95 por ciento de los residuos que flotan en el Mediterráneo y que acaban en las playas son plásticos y afirma que la mayor parte de este plástico que termina en el mar procede de Turquía y España seguidos por Italia, Egipo y Francia, un grupo de países donde el turismo provoca un aumento de la basura marina de un 40 por ciento cada verano.
La ONG expone también que los trozos grandes de plastico dañan, asfixian e incluso matan a los animales marinos, incluyendo especies amenazadas y protegidas, como las tortugas marinas y las focas monje.
Sin embargo, son los microplásticos, fragmentos más pequeños, los que han alcanzado niveles récord de concentración: 1,25 millones de fragmentos por kilómetro en el mar Mediterráneo, un nivel casi cuatro veces superior al de la «isla de plástico», en el Océano Pacífico.
A este respecto, el estudio de WWF destaca que cuando estos microplásticos entran en la cadena alimentaria amenazan a un elevado número de especies animales, incluido el ser humano.
En este contexto, el director de la Iniciativa Mediterránea Marina de WWF, Giuseppe Di Carlo, ha recordado que Europa produce una «enorme cantidad de residuos plásticos» la mayoría de los cuales terminan en vertederos y, como resultado, «millones de toneladas de plásticos acaban en el mar Mediterráneo cada año.
«Este flujo contaminante, combinado con el hecho de que dicho mar esté semicerrado, ha provocado que los niveles de concentración de microplásticos hayan alcanzado un récord, amenazando a las especies marinas y a la salud humana», ha asegurado Di Carlo.
Por ello, añade que no se puede permitir que el Mediterráneo se ahogue en plástico. «Necesitamos actuar urgentemente y a lo largo de toda la cadena de suministro para salvar nuestro océano de la presencia generalizada de plásticos», insiste.
El infome indica que los retrasos y las deficiencias en la gestión de los residuos plásticos en la mayoría de los países del Mediterráneo están entre las causas principales de la contaminación por plásticos. Sólo se recicla un tercio de los 27 millones de toneladas de residuos de plástico que se producen en Europa cada año, y la mitad de todos los plásticos de Italia, Francia y España acaba en los vertederos.
En la actualidad, los plásticos reciclados representan solo un 6 por ciento de los plásticos consumidos en Europa.
En concreto, las propuestas de WWF para gobiernos, empresas e individuos con motivo del Día Mundial de los Océanos pasan por adoptar un acuerdo internacional y legalmente vinculante para eliminar el vertido de plásticos a los océanos, que esté apoyado por fuertes objetivos nacionales para alcanzar el 100% de plásticos reciclados y reutilizables para 2030 y por prohibiciones nacionales a los plásticos de un solo uso, como las bolsas.
Igualmente, la ONG llama a las empresas a invertir en innovación y diseño para alcanzar un uso del plástico más efectivo y sostenible. «La contaminación por plásticos está demasiado generalizada como para ser resuelta únicamente por un continente, un gobierno o un sector industrial, y nos afecta a todos. Solo actuando juntos podremos liberar nuestros océanos, ríos, ciudades y vidas del plástico innecesario», ha concluido Di Carlo.
Finalmente, denuncian que las cifras concluyen que los Veintiocho de la UE, junto a Noruega y Suiza son el segundo mayor productor de plásticos del mundo después de China, de modo que en todo el mundo se producen cada año 27 millones de toneladas de residuos plásticos son producidos cada año.
El Mediterráneo, que acumula el 1 por ciento del agua mundial recoge, sin embargo, el 7 por ciento de los microplásticos globales y la cuenca Mediterránea, donde viven 150 millones de personas produce las mayores cantidades de residuos urbanos sólidos per cápita, con entre 208 y 769 kilos por año.
En definitiva, la contaminación por plásticos afecta a sectores económicos clave del Mediterráneo, especialmente a la pesca y al turismo. Se estima que la basura marina le vale a la flota pesquera de la UE cerca de 61,7 millones de euros cada año, debido a la reducción de las capturas, a los daños a las embarcaciones y a la reducción de la demanda de marisco por la preocupación sobre su calidad.
En cuanto a las especies, la contaminación por plásticos amenaza a 134 especies (peces, tortugas marinas, mamíferos y aves) y se estima que el 18 por ciento de las poblaciones de atún y pez espada tienen restos de plásticos en sus estómagos. Así, en todas las tortugas marinas del Mediterráneo se han detectado plásticos y en algunas hasta 150 fragmentos de este material.
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Fuente: La Vanguardia
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